Vaya por delante mi parcialidad en las palabras que siguen sobre la situación de la Biblioteca Fernando de Loaces, ya que me gusta leer y soy usuario de la misma (ahora menos por los rigores de los recortes). Desde hace casi dos meses, hemos intentado, con medidas de diversa índole, mostrar nuestro descontento y pedir un gesto de la Consellería de Cultura, gestora ineficaz de este bien público. La única respuesta de Valencia a nuestras demandas ha sido la indiferencia o, como mucho, el rumor de que se estaba intentando tramitar la excepcionalidad de los interinos que dan servicio en el edificio de la Plaza Marqués de Rafal.

A nivel local, la situación ha sido muy distinta. Si bien la dirección de la Biblioteca, no ha dado, en ningún momento, explicación oficial alguna sobre el cierre vespertino, ni ha mostrado inquietud, que se sepa, por realizar alguna gestión en pro de conseguir retornar al horario anterior, desde el Ayuntamiento oriolano, la Concejalía de Cultura ha realizado diversos intentos de solucionar el tema. Así, ha pedido reunirse con la Consellería de Cultura (incluso en el mes de julio de 2011, antes de que esta introdujese los recortes en el horario de nuestra Biblioteca), encontrándose siempre con la negativa por parte de Valencia; ha contactado con colectivos culturales de la ciudad y, por último, ha promovido la presentación de una moción en pleno para solicitar la ampliación del raquítico horario de esta la institución bibliotecaria.

Todo ello, en apenas diez meses que lleva de gestión en el consistorio oriolano. Como sabrán la moción fue rechazada con la colaboración del PP y el concejal Bob Houliston. Si el caso del concejal inglés es para escribir un artículo aparte, enredado como está en buscar su identidad política, la negativa del PP es significativa. Por encima del beneficio para Orihuela, prefieren seguir una disciplina de partido difícilmente justificable y sólo entendible si tenemos en cuenta que durante los años de Gobierno popular en Orihuela, la Concejalía de Cultura nunca promovió medida alguna para ampliar el horario de la Biblioteca. Muy al contrario, exponían argumentos del tipo "apenas va gente" para así no iniciar reivindicación alguna contra la Consellería de Cultura.

Al tiempo, retrasaban sine die la construcción de la Biblioteca municipal, infringiendo la ley desde el año 1985. Ahora, no solo rechazan la moción presentada el pasado jueves, 26 de abril, sino que no tienen pudor en echar en cara al actual alcalde no haber respondido una supuesta carta de una de las asesoras de la Consellera de Cultura para solucionar el problema. Para colmo, como si fuesen magos, dicen que esta Consellería tiene la solución al problema de horario (solución que solo conocen ellos que, curiosamente, se encuentran en la oposición): trasladar la Biblioteca en horario de tarde a la casa natal de Miguel Hernández. O sea: pasar de habitar un palacio con piscina y pista de tenis a un piso de 50 metros. Eficaces no serán los representantes del PP autonómico y local, pero ilusionistas...