Todavía hay ignorantes que critican la conmemoración de Día Internacional de las Mujeres. Desde la convicción de que la igualdad de mujeres y hombres es ya un hecho, al menos en los países calificados como desarrollados, nunca falta por parte de estas personas la chanza tan fácil como falaz cada vez que esta fecha se aproxima: "¿para cuándo un Día Internacional del Hombre?" Como me cansa enormemente desgranar todos los datos estadísticos que prueban la existencia de estas desigualdades (y que por un oído les entra y por otro les sale, dicho sea de paso), he optado por responder de similar forma utilizando para ello el Día Internacional del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras o Primero de Mayo: "¿para cuándo un Día Internacional del Capital, de las y los Capitalistas, o de la Empresa?". Ah, es verdad, no necesitan día porque los tienen todosÉ

Está claro que los días internacionales tienen un significado reivindicativo de derechos y de denuncia de situaciones de opresión, de desigualdad y de injusticia y las visibilizan.

Como afirma mi admirada y querida amiga Elena Simón, hoy en día persisten aún discriminaciones para las mujeres: deberes para ellas que los hombres no tienen y derechos que ellas no pueden ejercer o ejercen con dificultades añadidas. Y, mientras estas situaciones existan y persistan, el 8 de marzo sirve para recordar los logros, alertar sobre los retrocesos y llamar la atención internacional sobre la agenda pendiente. Precisamente este próximo 8 de marzo no es uno más desde que la ONU propuso su conmemoración como Día Internacional de las Mujeres allá por 1975. La crisis mundial ha agravado la situación de las mujeres en todos los países. En algunos de ellos, los retrocesos en derechos que ya se creían conquistados avanzan a un ritmo infinitamente mayor que el largo camino que supuso el avance. Y España, por desgracia, es uno de estos países. Los recortes en educación y sanidad, así como en las relaciones de trabajo, afectan de manera más incisiva a las mujeres, que observamos cómo cada vez cobra más fuerza el mensaje que nos invita a la vuelta al hogar, a la domesticidad, cuando ni siquiera hemos salido de él, ni los hombres apenas han entrado. La agenda pendiente para las mujeres es mucha y no vamos a consentir que nos la abulten todavía más ni que arranquen las páginas de lo ya conseguido. Por eso hago un llamamiento, a todas las personas que quieren un mundo más justo, a sumarse a la conmemoración de este Día. La Plataforma Feminista de Alicante convoca a la manifestación el 8 de marzo, a las 19.30, desde la Plaza de Calvo Sotelo. Allí nos vemos.