En esta operación remember que nos ha propuesto el gobierno ya se ha colado un llavero de Franco en twitter y eso no sería más que mal gusto si lo llevase cualquiera. En un policía uniformado da mal rollo, que es una expresión que da de sí tanto como las piernas de un adolescente para correr. Normalmente uno corre cuando se siente amenazado y los chicos que han sufrido la ineficacia de la Policía en la calle no se lo veían venir, les cazaron como a conejos. Yo quizá hubiese empezado a correr antes que cualquiera de ellos, porque aunque lejana, conozco la escena. Pero viendo las imágenes de Valencia aparece ante mí absolutamente nítida. Ni siquiera sabían algunos lo que eran las pelotas de goma. Bautismo de fuego patrocinado por la Subdelegación del Gobierno que hizo bueno a Antonio Moreno, ese hombre que desde su cargo de jefe superior de la Policía del País Valencià califica a los manifestantes de "el enemigo", acompañando esas palabras, siniestras de por sí, con dos palmadas en la mesa. Esas dos palmadas me han recordado a un maestro que tuve, hombre de mano suelta, origen castrense y cadenita de oro que golpeaba las mesas mientras andaba para que nadie se relajase un minuto. Momento glorioso de remember, olor a humedades y a polvo viejo, con cajas de libros precintadas que se escondieron en un trastero porque traían mensajes ¡en valenciano!... Parece mentira, que nos mandaron a una autoridad educativa -un mandado, sin más- a coaccionarnos uno a uno en un despacho por negarnos a dar clase sin electricidad hace más de veinte años. Y más carreras en Valencia. Parece mentira, repito, que después de pasar tanto nuestros mayores se vean en la tesitura de contemplar cómo se desmorona su obra del estado de bienestar. No la del gobierno éste o aquél, la de la población serena, trabajadora y profundamente democrática. Triste día en el que los chicos saben que volverán a correr delante de una policía mal mandada y peor justificada. Quiero pensar que como entonces ganaremos nuestra posición no de enemigos batalladores, sino de ciudadanos con derechos, no se debe usar nunca una terminología militar. Somos civiles, solamente armados con razones. No nos asisten más que las ideas, el camino que conduce como mucho a la discusión. Cuando se le pega a los chicos, hasta tenerles que grapar la cabeza, alguien debe dimitir o de lo contrario el olor a viejo invadirá nuestras vidas de nuevo y necesitaremos otros veinte años para airear las vergüenzas. La subdelegada Sánchez de León se reunió con los estudiantes sin resultados visibles, y eso que te di, pensará el que aporreó con alegría a esa chiquilla aterrada, no te lo quita nadie. Momento fulles grogues. Pues eso.