El Ciscar del pepé, más conocido por nostre Cospedal debido a la cantidad de cargos que va acumulando, ha dejado caer, en referencia a los entresijos entre los que se mueve la consolidación del jefe, lo siguiente: "Nadie entendería que ahora nos enredáramos en luchas internas". No te creas, Pepe. Debe haber pocas organizaciones en el mundo que acumulen tanto éxito con semejante follón dentro. Los zaplanistas con los campistas; éstos y aquéllos -es decir, los que han sido desplazados- con los del molt; los de Ripoll con Castedo; Pérez Fenoll con los de Gema Amor; un fabrismo contra el otro por Castellón... La tensión les pone. Igual utilizan un desfibrilador y se quedan aplanados. Cualquiera sabe. La verdad es que hay que tener bemoles para hacerle el vacío al president en su bautismo de fuego ante la cúpula nacional y argumentar por lo bajini que es que la intervención "era a una hora muy intempestiva". A las diez y media de la mañana, en concreto. Conlleva mérito que la afición siga depositando la confianza en ellos. Claro que, para decantarse por el rival, hay casi que doparse, sin necesidad en este caso de que Canal Plus Francia se ponga flamenco. Hablando de share, la que se ha colocado en lugar destacadísimo es la delegada del Gobierno. Paula Sánchez de León, no puede olvidarse, se encontraba en un puesto de salida descollante para cuando Camps tuviera que abandonar el ferrari. De especularse con sus posibilidades sucesorias se pasó a que el nuevo inquilino del Palau renunciara por completo a sus estimables servicios. Pero, a cambio, cuenta ahora con la poli a sus órdenes. De modo que ésta se hartó de darle mamporros a los chavalines que se revolvían en la calle contra las miserias que están ocupando su instituto por obra y gracia de los recortes del Consell. Nadie puede pensar que la delegada quisiera calentarle el ambiente a Fabra en víspera del congreso por la sencilla razón de que la carga de ayer ya fue indiscriminada. Se ve que no tienen bastante con darse entre ellos.