Hablar del talento está de moda. No tanto quizás como hablar de crisis, pero está de moda. E inclusive en muchas ocasiones son palabras que se unen: "necesitamos talento para salir de la crisis".

Pero, ¿qué es el talento? ¿Es la formación académica recibida a lo largo del tiempo? ¿Es la experiencia adquirida al realizar una actividad profesional? ¿Son las habilidades que desplegamos en nuestro día a día? ¿O de acuerdo con los nuevos tiempos es la capacidad de adaptarse a las nuevas tecnologías? La verdad es que no me resulta fácil dar una única respuesta.

Si tecleamos la palabra talento en Internet nos encontramos con más de 92 millones de referencias. Difícil acercarnos a algunas de ellas sin plantearnos dudas.

Desde hace tiempo me gusta la definición que hace David Ulrich al hablar del talento: sensibilidad + capacidad x compromiso.

Y creo que me resulta inspiradora por el relieve tan importante que le da a la palabra compromiso.

Vincular talento y futuro pasa siempre por definir un camino que se llama compromiso. Ese es el gran reto de las empresas y organizaciones: un compromiso con el talento. También por supuesto aun más si cabe el reto de la universidad y de las escuelas de negocio: desarrollar empresarios, directivos, profesionales comprometidos con el talento.

¿Cómo concretar este compromiso organizacional con el talento? Sin ser exhaustiva, voy a hacer referencia a algunos aspectos:

? Primer compromiso: vincular talento y resultados. Definir lo que es el talento y situarlo en el centro de la cultura de la empresa. De la misma forma que no se concibe una organización sin resultados no se puede concebir una organización sin compromiso por el talento. La excelencia de las empresas y su fortaleza a través del tiempo la marca esa "pareja de hecho". Comprometerse a generar un entorno visible en donde el talento pueda ser descubierto y desarrollado es clave en cualquier organización; si nos fijamos bien en empresas de éxito permanente nos daremos cuenta de la importancia que ha jugado una cultura de talento: Microsoft, Apple, GoogleÉ

? Segundo compromiso: crear escenarios adecuados. Copiado de Tom Peters: "Hacer que tu empresa sea un Lugar Estupendo Para Trabajar (LEPT les llama)". Lugares en donde se creen espacios de confianza, humanidad, respeto, equipo, diversidad, autenticidad. Esto supone crear entornos en donde la gente "se sienta importante" y en donde el talento se descubra y desarrolle de forma natural, sin más barreras que su propia voluntad de aparecer.

? Tercer compromiso: potenciar los retos. Generar visiones, aspiraciones, objetivos retadores que impliquen la movilización de nuevos conocimientos, de nuevas ideas, de nuevos recursos, de nuevas miradas y que inviten a la acción, al esfuerzo individual y colectivo. Esto requiere potenciar retos compartidos que movilicen el talento y diseñar objetivos "a lo grande", en donde sea necesario que el nuevo talento sea revelado, desarrollado, actualizadoÉ

? Cuarto compromiso: ejercer un liderazgo transformador para crear talento directivo. Dotar a la organización de un estilo de liderazgo que favorezca la aparición y desarrollo del talento. El líder transformador ha de preocuparse por conocer a la gente que lidera, por sus necesidades y objetivos, por alinearla con los objetivos de la organización. Un liderazgo que sea capaz de visualizar a la gente por "lo que pueden llegar a ser" y por ayudarles a conseguirlo. Esto significa ser un líder reconocible, alguien al que se le encuentra cuando se le busca, un aliado permanente en el desarrollo de su gente, dispuesto a transmitir de forma generosa sus propios talentos. Y, por supuesto, dispuesto a recibir y valorar el talento de los demás.

? Quinto compromiso: crear instrumentos. Que las políticas organizativas reflejen la obsesión del líder, del directivo por el talento. Cuando contrates, contrata gente con el talento que tu organización necesita hoy y mañana. Diseña políticas que permitan el descubrimiento del talento a lo largo de todos los procesos que se diseñen y ejecuten. Crea estrategias de formación y de desarrollo que favorezca el crecimiento del talento de tu organización. Elimina aquellas conductas, políticas o acciones que no añadan valor.

? Sexto compromiso: empieza por ti mismo. Busca en ti los recursos necesarios que te acerquen a descubrir tu potencial. Se proactivo: todos los días, convéncete, existe una oportunidad de descubrir en ti un mundo de posibilidades. Optimismo, concentración, intrepidez, afán de superación y un continuo aprendizaje te acercarán a tus bases personales de talento, para luego con trabajo, mucho trabajo poder desarrollarlas. La búsqueda del talento empieza con nosotros mismos: somos nuestros propios caza-talentos.

Y para terminar compartir con ustedes una frase que siempre me ha servido de inspiración: "El mejor legado que podemos dejar, será exclusivamente el talento que hayamos encontrado, atraído y desarrollado para conseguir que el trabajo que hay que hacer se haga de forma impecable" (Tom Peters).