Permítanme una crueldad: viendo a Evangelos Venizelos, ministro orondo de economía de Grecia, es un sinsentido que los niños se desmayen en los colegios por no haber comido. Llegó lo que parecía imposible en Europa occidental, el hambre sin haber guerra. Los griegos que oyeron a sus abuelos contar historias de la invasión italiana se ven en una coyuntura en la que la palabra cinismo se queda corta. Y es que los niños llevan los zapatos rotos, o simplemente no comen. En esta UE de bonus y porcentajes.

Me pregunto qué inmoralidad estamos impulsando, a base de tanto esfuerzo y disciplina germánica, porque la construcción europea lleva camino de ser nuestra Gran Muralla China. Hecha para asombro de unos y defensa contra otros, obviamos deliberadamente esa parte en la que suponemos el destino de los que acarreaban las piedras. Debemos actualizar nuestra asociación de ideas esclavitud-pirámides. No, aquí en la gran y vieja Europa, en el país que puso nombre a la política y sentó las bases de los sistemas filosóficos, en el escenario de la Odisea, viven aún las Troyanas. Despojadas de todo ante la voluntad del vencedor elucubran sobre su destino en manos de generales que no conocen la piedad. A los griegos actuales, encadenados a este sistema refundado ¿qué les queda que perder cuando los niños pasan hambre?

Discuten los presidentes como los dioses en el Olimpo sobre el destino de las gentes, sin prisa, una eternidad sólo para ellos. Son aquellos que tienen la llave de la quita que no es sino perecer ahora o luego. Una población como la griega que ha llegado a este extremo actual, con vales de comida, beneficencia, con un copago en sanidad que impide parir a una mujer en un hospital por ser pobre, ¿debe seguir siendo disciplinada y sumisa? ¿Sería una locura que Grecia diese de comer a su población y dejase de pagar parte de la deuda? ¿Es una barbaridad condonar una deuda que se ha inflado a base de especulación financiera y que sigue una dinámica letal para la población con el soporte de todas las instituciones europeas? Soy temerosa del hambre que se ha mostrado a menudo como germen de muchos levantamientos; realmente como escuché no hace mucho, el término "insoportable" cada vez está más devaluado. Pido a Zeus por boca del autor de la tragedia: "(...) conduces todo lo mortal conforme a la justicia por caminos silenciosos". Y ruego secretamente que de esta locura no salga lo que hemos visto tantas veces.

La de hoy es para nuestro sonrojo una tragedia real, alentada por los que pensaron que a ellos no les tocaría sufrirla.