Una vez zanjadas las andanzas millonarias de Iñaki Urdangarin a cuenta de sus vínculos familiares, el guión se desliza hacia una novela de Agatha Christie. ¿Qué sabía el rey?, ¿qué sabía el príncipe?, ¿qué sabía la reina? Y para quienes aderezan su literatura con especias morales, ¿qué deberían haber sabido? En su mensaje navideño, el Jefe de Estado recordó que llevaba 36 años en el cargo -sólo superado por Felipe IV y por Carlos I-, por lo que su misión histórica estaba cumplida con creces. En cambio, Felipe de Borbón sigue siendo una propuesta, y un zascandil le ha zancadilleado antes de su inauguración.

Contra la imagen edénica promocionada con singular afán, la guerra por el poder no se detiene a las puertas de La Zarzuela. Aunque de los tejemanejes económicos de Urdangarín no se desprende una lucidez reseñable, el esposo de Cristina de Borbón advierte el declinar de su estrella tan pronto como Letizia Ortiz desembarca en la Familia Real. En ese instante se ve degradado a mero cuñado, la institución más peligrosa de la democracia española hasta el punto de que, si se suprimiera a todos los hermanos políticos del país, desaparecerían como por ensalmo las prácticas turbias.

Pese a la dramatización actual, Urdangarin ya había sido separado de los actos públicos de la Familia Real años atrás. Se le permitía aflorar a la superficie en la media docena de ocasiones en que su exclusión hubiera sido más notoria que su presencia. Al tiempo, se levantaba un muro de incomunicación entre Letizia y su cuñada Cristina. Si se admite que las trapacerías del duque propiciaron el aislamiento, por qué entonces se negaba el conflicto que hoy se exhibe como parapeto. El yerno del rey nace el mismo mes de enero que el príncipe, en ambos casos 44 años atrás. Felipe de Borbón, damnificado colateral, ha tenido que desmarcarse explícitamente de su cuñado.

Con los datos actuales, la cirugía tras el enriquecimiento del duque hubiera sido más radical que el destierro. Nadie podía imaginar entonces que un juez decidiera que "la justicia es igual para todos".