La Conselleria de Sanidad debería autorizar el que se dispensara algún medicamento, aunque fuera genérico, para poder aliviarnos del estupor que nos causan algunas noticias que dan los distintos medios de comunicación.

Ayer este diario nos informaba de que el conseller de Sanidad, Luis Rosado, ha dicho que los ciudadanos pagarán la emisión de tarjetas sanitarias, el SIP, cuando haya que expedir una copia porque al usuario se le haya roto, perdido o robado sin haberlo denunciado. Por este duplicado el interesado deberá abonar tres euros. El conseller ha dicho que "el ciudadano debe ser corresponsable" y hay que "hacerle partícipe de la preservación de los intereses de la Generalitat" a lo que yo añado que los intereses de la Generalitat deben ser los intereses de todos los valencianos.

Estoy totalmente de acuerdo con que se pague por un duplicado del SIP, porque según el conseller el gasto anual en duplicados es del orden de los 900.000 euros. En lo que no estoy de acuerdo es que el conseller diga que los ciudadanos "deben ser corresponsables", deben serlo cuando los que les gobiernan no sean unos irresponsables, cuando deben ser responsables y deben actuar como tales. Es cierto que 900.000 euros es mucho dinero, pero esto no es lo que mayormente produce el que, cito algunos ejemplos, el personal de limpieza de juzgados y hospitales no cobre puntualmente porque a las empresas de las cuales dependen la Generalitat no les paga, lo mismo ocurre con el personal de los geriátricos concertados, de los centros de enseñanza concertados, y lo mismo con los profesores de inglés, y no me olvido de los abogados del turno de oficio que tampoco cobran con la debida puntualidad, esto por citar algunos casos que afectan directamente a los trabajadores. No me olvido tampoco de los farmacéuticos que cobran tarde y mal y que se ven obligados a concertar créditos bancarios con los consiguientes intereses, para poder pagar a sus proveedores. También tengo presentes a las asociaciones de personas discapacitadas y de otras características como pueden ser las que combaten contra algún tipo de enfermedad y que no reciben sus subvenciones con la debida regularidad con lo que se ven imposibilitados para pagar los alquileres y demás gastos de los locales que ocupan y del personal que precisan para que sus actividades y fines se puedan desarrollar y no entro en más detalles. Podría referirme a los institutos públicos que no reciben el dinero a tiempo para pagar la luz, el agua y el teléfono, o el que se haya denunciado que en los nueve hospitales públicos de la provincia no hay dinero para comprar lejía para la limpieza. Y no me olvido, no, del agobio a la hora de pagar a los empleados de la Generalitat, recordemos que los del Servef y los del Ivadis han sufrido retrasos. Esto por entrar en lo más cotidiano, hay otras cosas de mayor calibre que conforman el terrible endeudamiento que la Generalitat tiene contraído y por lo que la Comunidad Valenciana es la número uno en este aspecto.

Visto todo esto, ¿cómo se atreve el conseller de Sanidad a hablar de corresponsabilidad de los ciudadanos? Lo primero que deben hacer él y sus colegas del Consell es administrar y gestionar bien el dinero de los contribuyentes y defender responsablemente los intereses de la Generalitat que como antes he dicho son los intereses de todos los valencianos, esos intereses a los que hace alusión el conseller. Está bien exigir responsabilidades pero el que las exige debe ser escrupulosamente responsable.