Ya han pasado meses de la nueva legislatura y podemos prevenir lo que nos espera en los próximos cuatro años. Será uno más de lo mismo que hemos estado viviendo los últimos tiempos:

Teniendo presupuestos deficitarios, seguimos manteniendo los criterios de los mejores momentos: máximas dedicaciones exclusivas de concejales, número máximo de asesores del gobierno municipal.

Mientras se mantienen esas exclusivas y número de asesores, se limita la jornada de los secretarios de grupoÉ de la oposición.

Los asesores, miembros del partido gobernante, ocupan plazas que necesitan unos conocimientos que no han probado que tienen. Esas plazas deberían cubrirse con funcionarios, seleccionados por pruebas selectivas objetivas.

La participación ciudadana ni existe, ni interesa. Ya están ellos para opinar y hacer. Las opiniones de la ciudadanía ya no cuentan hasta las próximas elecciones.

La oposición es siempre un enemigo y hay que maltratarla y humillarla, y buscar nuevos maneras de hacerlo.

La oposición conocerá por los medios de comunicación muchas informaciones corporativas que no han sido comunicadas ni en junta de portavoces, ni en pleno, ni en comisiones informativas. Para eso están los periódicos: para informar al que no sabe.

La oposición seguirá sin tener espacios públicos donde exponer sus informaciones para la ciudadanía, mientras se mantiene por normativa que donde deben hacerlo es en espacios que el Ayuntamiento debe facilitar, pero que no facilita.

Los plenos seguirán siendo un suplicio dialéctico, que nadie podrá soportar regularmente, y que espantarán para no regresar más a cualquiera que no sea fan de ningún partido. Y eso sin contar con el horario descabellado. Propuestas, mociones y resto de sugerencias de mejora de servicios, de actitudes o de funcionamiento acabarán en modificaciones que los anulan o en la papelera. Se mantendrá la agresión a los animales en fiestas, porque hacer cambios les puede menguar la mayoría absoluta en próximas elecciones, y hay que seguir en el poder a toda costa. No convocaremos las ayudas del 0,7% para los países en vías de desarrollo, a pesar de que el dinero sí que está previsto, pero con la excusa de la crisis se lo daremos a ONG amigas y cercanas sin concurso. Aún falta dinero por pagar de la convocatoria de 2008, la última convocada.

El dinero para fiestas será siempre más necesario que las partidas para ayudas sociales. Hay que mantener contento al pueblo. No tendremos el paro como el principal problema de nuestra villa, ni nos volcaremos en resolver las situaciones de los que más lo están sufriendo.

Y los ciudadanos seguiremos viendo las noticias de Santa Pola en todos los lugares como si todo fuera de color de rosa, mientras que lo que conocemos en nuestro entorno está más cerca del gris, y a veces del negro, y necesita muchos cambios.