En la ciudad "traspasada de Mediterráneo" cual la definió Gabriel Miró, se halla desde 1952 la biblioteca del escritor; la que lleva su nombre y custodia todo su fondo documental y bibliográfico. La "Miró" -como se la conoce en la ciudad- es un lugar de referencia. Sus dotaciones y proyección cultural durante muchos años la caracterizan como espacio singular y culturalmente destacado. En sus importantes fondos, de carácter humanista, se encuentra la más completa bibliografía sobre Alicante, su historia y sus hombres ilustres.

La Miró ha merecido siempre reconocimiento social y de los intelectuales. Entre quienes afirmaron su decisivo papel figuran dos personalidades que alcanzaron el Nobel: Camilo José Cela y Vicente Aleixandre quien la calificó "el más alto monumento que podría elevarse al espíritu que la cobija".

Son importantísimos sus fondos sobre el siglo XIX y primer tercio del siglo XX. Uno de los tesoros de la biblioteca es su fondo documental sobre el escritor que le da nombre. Por la generosa voluntad de Olimpia y Emilio Luengo Miro, nietos del escritor, están en ella desde 1981 su despacho y biblioteca privada, y desde 1994 se tienen los manuscritos, epistolario, obra inacabada, textos fragmentarios y miles de notas del escritor, a los que se une su documentación personal y familiar. Es altamente significativo el rico epistolario con las más relevantes figuras literarias de principios del XX: con Azorín, Rafael Altamira, Óscar Esplá, Giner de los Ríos, Jorge Guillén, Juan Ramón Jiménez, Jacinto Benavente, Ramón Pérez de Ayala, Gregorio Marañón, Juan Maragall, Pedro Salinas, Enrique Granados, Miguel de Unamuno y Salvador de Madariaga, entre otros muchos.

La significación del nombre de la biblioteca se magnifica por la dimensión del mismo. Gabriel Miró, escritor original y renovador de la literatura española, "puro y profundo" según Juan Ramón Jiménez, o el "único gran poeta que no quiere serlo"como escribió Jorge Guillén, fue querido y admirado por la generación literaria más importante del siglo XX que contó en su primer tercio con insignes cultivadores de la prosa: Unamuno, Valle-Inclán y Azorín entre otros. En esa magnífica época desarrolló Miró su extraordinaria capacidad expresiva. También los jóvenes poetas de la generación del 27 le reconocen como maestro; según Jorge Guillén "fue un temperamento y un escritor únicos en su país y en su época. Nadie le ha superado en la comunicación de las sensaciones". Otros muchos dejaron testimonios de profunda admiración; el poeta Pedro Salinas valora su "grandeza e inmortalidad como la más alta poesía"; Miguel de Unamuno, Óscar Esplá, Miguel Hernández, Gerardo Diego, Azorín -"Gabriel Miró que es como una montaña, como un rio, como un valle de la provincia de AlicanteÉ"-; Jorge Guillén, Dámaso Alonso -"¡Cómo nos sentíamos ligados en simpatía, en agradecimiento, a aquel creador de bellos estremecidos mundos de arte!"-, Gregorio Marañón, Ramón Gómez de la Serna, Gerardo Diego, Valle-Inclán, Rafael Alberti, Bergamín, Carmen Conde, Ramón Menéndez PidalÉ

El universo literario de Miró le hacía acreedor a la consideración de maestro. El 19 diciembre de 1927, desde Sevilla, donde se encontraban celebrando su homenaje a Góngora, le escriben a Gabriel Miró los poetas Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Fernando Villalón, José Bergamín, Gerardo Diego y Federico García Lorca, y le expresan su admiración y cariño. Los poetas de aquella excepcional generación testimonian de este modo al ilustre alicantino la comprensión de su obra magistral y la dimensión literaria que posee.

Poseedor de un prodigioso vocabulario, Miró, a través de su Sigüenza evidencia su propósito de "decir las cosas por insinuación" y su percepción de los sentimientos y sensaciones descubriendo nuevos horizontes estéticos: ve el agua del mar y la que corretea por la tierra; oye las suaves voces de las plantas y las robustas de las sirenas de los barcos; gusta los sabores hasta de las cosas que acarician las manos; huele las resinas deslizándose tibiamente por los troncos de los árboles.

La Biblioteca del autor de Años y Leguas es y ha sido fuente de recursos para la investigación literaria, social e histórica. En sus fondos hallan estudiosos y docentes materiales para sus publicaciones y tesis doctorales, así como también orientación y apoyo. En este espacio realizan consultas los investigadores sobre los fondos documentales existentes en el centro de legados que reúne, entre otros, los de Figueras Pacheco, Oscar Esplá, Rodolfo Llopis, Carlos Arniches, Emilio Varela y Eusebio Sempere. Destacan asimismo la hemeroteca alicantina y su fondo bibliográfico, la biblioteca americanista, la relacionada con el mar del Almirante Guillén Tato, sobre los teatros de Alicante y 231 cabeceras de periódicos. Siento gran satisfacción por haber tenido la iniciativa, y lograr la consecución de varios de estos legados, como gestor ante los herederos.

El importante fondo bibliográfico y documental ha sido frecuentado por hispanistas como Roberta L. Johnson -El ser y la palabra en Gabriel Miró-, Ian Macdonald, Edmund King, Kevin Larsen, Ricardo Landeira, Francisco Márquez y por destacados estudiosos y catedráticos de literatura de universidades españolas como Ricardo Senabre, Márquez Villanueva, Miguel Ángel Lozano o Díez de Revenga.

La "Miró" es importante para Alicante. Es emblemática y querida por muchos alicantinos que vinculan su vida a este centro donde obtuvieron las fuentes del conocimiento que precisaron.

La biblioteca está atendida en su amplio horario por tres empleadas, una de ellas la actual gestora de la misma, Yolanda Sánchez Mateo, documentalista, doctora por la Universidad de Alicante, que ha sido profesora asociada de la misma durante mas de diez años, con amplia experiencia en Biblioteconomía, Archivística y Documentación. Siendo cierta la incertidumbre que se cierne sobre las obras sociales de CAM, no ha de olvidarse que en ellas trabajan profesionales que durante muchos años han sido artífices de los logros que son conocidos. Cualquier planteamiento de futuro debería reconocer y respetar a este personal.