Volver es algo que me gusta tanto como marcharme, abandonar siquiera temporalmente mi tierra y mi vida habitual. Bastan unos días para desconectar, limpiarse interiormente y recordar que no somos el ombligo del mundo. Y tras el banquete toscano me sumergí en el mar de Sicilia, la isla donde todo es más real, en lo bueno y en lo malo. Por tercera vez visité esta tierra fascinante donde siempre hay algo a descubrir. La isla más grande del Mediterráneo, cuyos habitantes se consideran más sicilianos que italianos por su idiosincrasia particular, fruto de los diversos avatares históricos al ser poblada por distintas civilizaciones. Es la región más grande de Italia y, política y administrativamente, goza de Estatuto Especial desde 1946. España está presente en la hermosa arquitectura barroca de muchas de sus ciudades, especialmente Palermo; no en vano fue Virreinato español hasta finales del XVIII. Fue Carlos de Borbón, hijo de Felipe V, quien introdujo en el Reino de las Dos Sicilias (territorios de Nápoles y Sicilia) la dinastía borbónica, aunque su origen español se remonta al Siglo XIII con el Reino de Aragón.

En la actualidad cuenta con mas de 5 millones de habitantes, y Palermo (con 700.000) es una de las ciudades más pobladas de Italia. Entre sus hijos ilustres se encuentran personajes tan variopintos como Vincenzo Bellini, Franco Battiato, Luigi Pirandello, Salvatore Adamo, Leonardo Sciascia, Tomasi Giuseppe de Lampedusa, Guissepe TornatoreÉTuve la suerte de "pescar" la inauguración de la temporada de ópera del Teatro Massimo de Palermo, el más grande de Europa, con una Tosca más que aceptable dirigida musicalmente por Omer Meir Welber, flamante director del Palau Les Arts valenciano. Esa representación y la no menor suerte de tener a unos metros de distancia a Claudia Cardinale en el restaurante Bellini bastaría para justificar el viaje de cualquier mitómano como quien escribe. Pero en realidad, lo que me fascina de Sicilia es su tierra y su gente, el mar caliente de Trápani, los vinos de Marsala, el abigarramiento barroco del interior de sus iglesias, los restos arquitectónicos de sus templos griegos, de sus mosaicos bizantinos, deÉ No disponía del tiempo suficiente como para abarcar toda la isla, así que tuve que conformarme con conocer más a fondo la zona Oeste, tiempo habrá -espero- de revisitar el Este, donde me espera Syracusa, ciudad histórica donde las sirenas me preguntaban siempre por el alcalde Alperi en los tiempos de su reinado y, sobre todo, Taormina. El mundo entero debería conocer esta maravilla mediterránea antes de que el turismo la engulla para siempre.

Volví a Alicante y me encontré no pocas novedades: la destitución de Elsa Martínez como directora general de la Ciudad de la Luz, y el nombramiento de José Joaquín Ripoll como presidente de la Autoridad Portuaria. El nuevo director de los estudios cinematográficos es un hombre que sabe de cine, con lo que saldremos ganando aunque perdamos el glamour que Elsa imprimió a au mandato. Y creo sinceramente que el señor Ripoll será un buen gestor del puerto, como lo ha sido de la Diputación. Veo que siguen los recortes presupuestarios en la Generalitat, que el mundo de la enseñanza está que trina con "pechar con la más fea" en esto de la crisis, cuando la educación y la sanidad debieran ser intocables. Y me resulta chocante que en Italia, con mayor índice de paro (especialmente el juvenil) que nosotros, la crisis se note menos. La vida sigue igual.

La perla. "Estos son mis principios; si no les gustan, tengo otros". (Groucho Marx)