El nuevo diputado de Cultura realiza sus primeras declaraciones en una entrevista publicada en este periódico, cuyo titular: "El Gil-Albert está para investigar, no para traer caras conocidas", nos resulta muy alentador y nos da a entender un reencuentro real con lo que son los principios de esta institución, en la promoción de los autores de la provincia de Alicante. Juan Bautista Roselló se enfrenta a un gran reto, ya que en el área de Cultura de Diputación se integran diferentes instituciones, el MARQ, con una trayectoria incuestionable, el ADDA, de reciente apertura, pero también el Mubag, y el Gil-Albert. Siendo estos últimos sobre los que realmente preocupa saber cuál va a ser la solución que se les va a dar. Con respecto al Mubag, el nuevo diputado apunta que "hay que darle un giro de 180º", se va a restablecer la relación con el Consorcio de Museos y se mantiene como directora en funciones a la actual técnico en restauración, que "tiene buenas ideas". En una primera entrevista no se pueden desarrollar los temas en profundidad, pero sí nos da pie para exponerle las inquietudes de la ciudadanía que va a ser receptora de su gestión. Después de tantos años en los que hemos vivido un Museo de Bellas Artes, Mubag, sin estructura ni dirección de museo, sin el estudio y documentación de sus autores, o por lo menos sin publicaciones ni exposiciones que lo demuestren, sin una trayectoria de gestión de exposiciones propias, sin un proyecto didáctico ni de información sobre el museo realmente de calado... Como ante cualquier empresa, debemos preguntar cuál es su proyecto. Teniendo en cuenta las fórmulas que ya existen sobre la dirección de museos, interesa saber cuáles van a hacer posible "sus ideas". Si Borja-Villel, con una trayectoria avalada como director del Macba, tuvo que presentar un proyecto, justificando todos los detalles de su actuación, para la dirección del Reina Sofía, qué menos que pedir lo mínimo a los responsables de la dirección del Mubag. Si no hay proyecto no podremos pedir responsabilidades, ¿en base a qué?, ni corregir los errores. Consecuentes con la situación económica y social en la que nos encontramos, todas las asociaciones de críticos, artistas y gestores culturales de ámbito nacional y comunitario, que conocen la situación gravosa de estos museos sin dirección, están demandando soluciones más prácticas y profesionales, como es convocar un concurso y que un jurado de expertos decida cuál es el proyecto más viable, con el compromiso de rendimientos claros y contrastados.

En próximos artículos expondremos nuestras inquietudes con respecto al Gil-Albert, siempre con el deseo de construir diálogo.