Tenía preparado algo distinto a lo que vais a leer, pero, después de lo del otro día, no me pude resistir a cambiarlo, porque me vino la inspiración divida -¡de la muerte!- y me apeteció hablar/escribir de otra cosa. En fútbol, aunque hay entrenadores que piensan lo contrario -poned en nombre que queráis-, se dice que la mejor defensa es un buen ataque. Eso es lo que han hecho la Princesa y la Doña. Réplica, contrarréplica y ¡tú más!. ¡Chincha reviña, que tengo una piña, con muchos piñones y tú no te los comes! (acompañar con la música de una popular canción infantil, que queda mejor). Y todo a cuenta de una licencia para que "papi and de family stone" (parafraseando el nombre del grupo de los años 70) puedan trabajar sin que nadie venga a pintarles la cara por vender más o menos electrodomésticos. La Doña, con esa prepotencia que la caracteriza, se tira el moco, lo reconoce y, además, "lo pones en negrita" (pues lo pongo). En cualquier conversación se diría que se puede decir más claro, pero no más alto. Y todo esto -sin miramiento y sin anestesia- en sólo 20 días. Si aguanta en Urbanismo un poco más legaliza la Guerra de los Balcanes y nos vende que es lo mejor para el desarrollo empresarial, económico y turístico de Orihuela, ¡porque yo lo valgo!.

Uno, con sus limitaciones -que las tiene-, se para a pensar que, como decía Davicosta, va a ser cierto que "no es lo mismo predicar que dar trigo" y todo porque "ahora tocan pelo", con lo que parece abierta la veda para hacer lo que me pase por el arco del triunfo, que para eso el cortijo es mío, aunque, para guardar las apariencias, no joderla y que el acuerdo sea valido, me ausento de la junta de gobierno, porque se está viendo algo relacionado con intereses familiares y no es cuestión de que la licenciada Ferrando o el "profe" Rodríguez Barberá, nos den cera, aunque la Princesa -en esto de repartir estopa- cuando se pone, se pone, pese a que todavía le falta para llegar al nivelazo del "sunami" Mayoral que, si la provocas, no deja títere con cabeza. Parece que la Doña y "bad boy" Mancebo también rivalizan por salir en los papeles. Si una actúa según sus particulares dictados -gobernar para el pueblo, pero sin el pueblo, al más puro estilo del despotismo ilustrado- el otro va a su puta bola, que para eso tiene la llave de la gobernabilidad en el Palacio de la Esquina del Pavo y al que no le guste que se joda y no haberle votado; ahora se le tiene que aguantar cuatro años. ¿Qué tengo multas por mal aparcamiento sin pagar y Suma me las reclama?, ¡pues las recurro, que para eso soy abogado y me conozco los entresijos de la legislación!. Además, dejadme tranquilo y meteros con el alcalde Guillén, que sale poco en los medios.

Hablando de la Mayoral; ¡pues no que nos han puesto los pelos como escarpias con lo de que las ratas campan a sus anchas por los archivos municipales, engullendo los expedientes que se amontonan sin orden ni concierto y sin que nadie haga nada por solucionarlo!; además no se corta un pelo y lo ilustra con fotos (por cierto, en una salía mi amiguico Pascual Albeza, cámara en ristre y más guapo que un San Luis, porque Lydia lo cuida). Pero "seño", ¿cómo haces esas cosas? El otro día coincidí con un miembro del tripartito y me preguntó que si es que no han hecho nada bien. ¡Vamos a ver!, si repasamos lo que se ha hecho hasta ahora, va a ser que, como le dije, sólo la "seño" Mayoral ha sido como una bocanada de aire fresco, porque, Manolo, del picudo no se ha dicho nada que no supiéramos; ¡lo siento!. Por cierto, el tripartito criticó que se trabajaba con empresas de fuera de Orihuela, pues ellos -me cuentan- lo hacen con una de Callosa de Segura (¡fomentando el empleo, que se dice!). Otro, por cierto, pues no que van Los Verdes de Torrevieja y dicen que los oriolanos que corrían como posesos (huyendo del demonio rojo, con cuernos y rabo) para apuntarse en el censo de la Ciudad de la Sal no eran tantos (más bien pocos; incluso me atrevería a decir que cero patatero). Tercer por cierto; dice mi amigo Carlos que explique a quien dedico los 'motes' que utilizo, prometo que lo haré.

¿Os habéis dado cuenta?; ¡he escrito como lo hacía antes y me he acordado!. Menos mal que Manolo Escobar encontró el carro, porque le han robado ¡hasta la medalla del trabajo! (debe ser el único español que la tiene; el resto está en el paro). ¡Alicia, un "gintoni", que me lo he ganado!.¡La semana que viene más, corazones!.