La última decisión de la Reserva Federal estadounidense (comprar bonos a largo plazo y venderlos a corto, para estimular el crédito entre empresas y particulares) ha causado una profunda decepción en los mercados y revela que los recursos monetarios tradicionales, utilizados por dirigentes políticos y económicos para sacar a Occidente de la crisis, se están agotando.

Aunque existe la posibilidad de un Quantitative Easing 3 (o volver a imprimir dólares sin respaldo alguno, con los riesgos derivados de inflación incontrolada, además de provocar el enfado de los principales acreedores estadounidenses -China), sin el apoyo de políticas expansivas por parte de los Estados (ahora, también imposibilitadas en EE UU, ya que entrará en la senda europea de reducción del gasto público), analistas de todos los colores estiman que el mundo desarrollado vuelve a entrar en un período recesivoÉ si es que había salido de él en algún momento.

Con un agravante: el Fondo Monetario Internacional y los inversores urgen a una nueva recapitalización bancaria. En estos momentos, los bancos más señalados son los franceses, tras confirmaciones de que grandes empresas y compañías aseguradoras han retirado fuertes cantidades de las entidades galas, para depositarlas en el Banco Central Europea. El temor es que algunas de ellas no puedan hacer frente al impago de Grecia (sea desordenado o no).

Las soluciones no son fáciles. En realidad, pasan por una mayor coordinación de los actores principales: EE UU, China, Alemania y las grandes instituciones financierasÉ pero aún creen que sus intereses divergen. Y la cuestión es que el tiempo de la patada para adelante, evitando afrontar los problemas de fondo, está llegando a su límite.

Cómo lo ven. The Huffington Post apostaba abiertamente por lo que ya descuentan muchos operadores de Bolsa (o gurús económicos, como Nouriel Roubini): la solución para la eurozona pasa por ser más pequeña, asumiendo que algunos países periféricos (caso de Grecia) deberían reestructurar su deuda y volver a sus antiguas unidades monetarias, durante un tiempo. Algo que también se va abriendo paso entre los socios de Angela Merkel en su gobierno, como liberales o socialcristianos, tal como apuntaba Der Spiegel.

Con la crisis de la eurozona, no todos los bancos están perdiendo dinero. Así, según el rotativo i, Deutsche Bank Portugal no ha dejado de aumentar sus depósitos a un ritmo constante, ante el temor de los ciudadanos portugueses de que se esfumen sus ahorros por un contagio de la crisis griega. La razón radica en que, desde agosto, la entidad dejó de ser una filial para convertirse en una sucursal más (por lo que los depósitos se encuentran, de facto, en Alemania).

Cómo nos ven. The Washington Post se mostraba muy crítico con las enormes dificultades existentes en España para crear una empresa. Pese al peso de nuestra deuda y ante el elevado paro existente, los obstáculos burocráticos a sortear para la creación de un negocio requieren de 47 días (en comparación con los siete u ocho de Francia o Portugal). Eso nos sitúa en el puesto 147 del ranking de países que más facilita la creación de negociosÉ por detrás de la República Democrática del Congo.

The New York Times resaltaba la investigación a la que se ve sometido "uno de los banqueros más importantes de Europa", Emilio Botín, a raíz de la cuenta bancaria presuntamente abierta por su padre en Suiza (y que expertos fiscales estiman en un valor cercano a los 2.000 millones de euros). Mientras, el abogado de la familia Botín afirmaba que se estaba colaborando con la Justicia y que esperaba una resolución satisfactoria del caso para sus clientes.

Qué se cuece. paidcontent ofrecía datos sobre la reciente apuesta por el muro de pago, por parte del The New York Times. Así, de los 224.000 suscriptores registrados hasta junio de este año, un 12% procedía de fuera del país, consolidando la intención de sus promotores de no limitarse a obtener, únicamente, lectores de la costa Este de los EE UU. Ante esas perspectivas, los responsables de la vieja dama gris pretenden crear un nuevo muro de pago, en otoño, para otra de sus publicaciones: The International Herald Tribune.

233grados.com resaltaba la implicación de The Wall Street Journal con las redes sociales tras la creación de WSJ Social, aplicación para Facebook que filtra el contenido habitual del medio para adaptarlo a la plataforma creada por Mark Zuckerberg (así, el diario de Murdoch tratará de aprovechar la actividad de los millones de usuarios que pasan horas en Facebook). Esta red ya había llegado a acuerdos semejantes con Huffington Post, CNN o The Washington Post.