A la semana que expira no le ha faltado de nada. En ella ha saltado a la luz pública la pieza brugaleña correspondiente al pegeú de Alicante en la que, pesquisa sobre pesquisa, da a entender que Alperi no se chupa el dedo. Y que, si avista en el grupo de enfrente a un espabilado que tiene de Pablo Iglesias menos que la duquesa de Alba, no se le escapa. Las conexiones detectadas dejan claro igualmente que el elegido con bastante antelación para entregarle la sucesión no era Pablo Suárez, precisamente. Ni a Pablo ni a Nino ni a Lorenzo Carbonell redivivo. La única reacción al nuevo entramado ha sido de la alcaldesa para acordarse de Marta Domínguez. No es extraño. Tal como tenemos el polideportivo local y regional optamos a batir todos los registros. De hecho no debe ser muy frecuente destapar que el hermano de la alcaldesa le buscó las cosquillas al mismísimo fiscal anticorrupción y que, de los que hasta ahora han salido a relucir, haya sido éste el que ha ofrecido explicaciones aunque me da que peca de cierta ingenuidad cuando se pregunta: "¿A quién le cabe en la cabeza que con toda la legislación, por muy fiscal que sea, un alcalde, la oposición o la Policía Local iban a permitir una casa ilegal?". Pues hombre, no es una mala forma de tener a alguien pillado por ahí para, llegado el caso, quitarlo de en medio. Luna, que siempre le siguen los pasos por mucho footing que haga, ha equiparado el informe sobre él con la extorsión de organizaciones mafiosas. El panorama es tan alentador que, para que ustedes no tengan un momento de respiro, también se ha sabido en estos días que los consejeros de la Cam se embolsaron cerca de 800.000 euros en retribuciones cuando la cosa ya hervía, un 6 por ciento más que el ejercicio anterior. Un ciclo en el que su presi Modesto percibió más de 300.000 euros por asistencia a reuniones de participadas que bastantes veces ni se celebraban. Para cerrar el círculo, el president Fabra ha sentenciado que se quedaría solo si prescindiera de todos los políticos que pide la oposición. La oposición es que es así. Pero, ¿quién está hablando sólo de políticos?