"Traslaciones de 4'33". Museo de Arte Contemporáneo de Alicante. Perfomance intermedia de Concha Jerez y José Iges.

La perfomance empezó a principios del siglo XX y cobró impulso durante los años 70. Es un medio no convencional de exhibición, una muestra escénica o una acción artística que tiene lugar en cualquier espacio y que se relaciona con el público. La improvisación puede ser uno de los ingredientes de este tipo de manifestaciones con sentido poético y poesía visual. Hay formas engañosas donde estas acciones en vivo se desenvuelven de modo que el espectador no sabe que se trata de una perfomance. No es éste el caso de lo visto en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante. Traslaciones de 4'33'' es una perfomance intermedia de Concha Jerez y José Iges, un par de prolíficos artistas en el ámbito del 27 Festival de Música, un evento que terminó ayer. Las instalaciones sonoras y visuales y las tareas multimedia componen el mundo de ambos. Vean algunas de las operaciones que entran en juego. La primera parte, Cuatro visitas guiadas de 4'33'', transcurre en varios espacios de la pinacoteca. Caminar en silencio es el punto de partida de Concha Jerez. Seguidamente se dedica a la medición de todo lo que observa. Pregunta pero no busca respuestas. ¿Por qué la vida? ¿Por qué el mercado? ¿Por qué la política? Así aparecen la oscuridad, la melancolía, las catástrofes, el miedo, la muerte, el amor o el odio. Ofrece cartas de una baraja y las interpreta con palabras tales como "cualquiera", "a lo mejor", "luego", "ojalá" o "aún". Después, el salón de actos acoge Seis pasajes de 4'33" y al buen número de asistentes que ve en una pantalla las piernas de alguien caminando. Imágenes, cóctel de sonidos, con el ordenador de José Iges, y el desfile sonoro de Concha Jerez mediante el uso de diversos papeles. Muestras captadas en Viena, Berlín, Buenos Aires, Bruselas, Lisboa, Madrid o en un poblado bosquimano. La experiencia es un sugerente estreno absoluto, aunque la dramaturgia espacial admite mayores sustancias. La inspiración proviene de 4'33", una controvertida obra musical de John Cage que se interpreta sin tocar una sola nota con el fin de escuchar los ruidos que se producen a lo largo de cuatro minutos y treinta y tres segundos.