La alegría llegó a la casa del pobre de la mano de IU -subida espectacular- y a la de todos los simpatizantes del PP. Rajoy se muestra templado, conteniendo a los suyos en ese intento de aparecer hombre de Estado, de todos y para todos. Una vez que ha terminado el discurso en el que se acuerda hasta de los enfermos y de todos los que sufren -a pesar de dinamitar la esperanza de mantener la ley de dependencia hace unos días- mitad piadoso, mitad preocupado se sitúa a la izquierda de Rajoy Esperanza Aguirre, y a la derecha Gallardón. Cosas de la foto finish. El bis desde el balcón de Génova con ese "Tú sí que vales" cambia de tono porque va directo al corazón de su respetable y aquí bota todo el mundo menos Soraya Sáez de Santamaría por razones obvias. Muy satisfechos, muy contentos y muy legítimo el alegrón por la mayoría absolutísima de las cámaras. El discurso que se diluye con el paso de los minutos es una consagración de Rajoy que arenga a los españoles, lo mejor de España, una gran nación, situación crítica... Promete trabajar y ayudar a la salida de la crisis con esa sangre, sudor y lágrimas que nos tememos; pide ayuda, conciliación y colaboración.

El cambio en la vida parlamentaria será la alegría en la casa del pobre porque si bien la mayoría del PP en el parlamento es incontestable, la situación de IU, su discurso de contenido social prometen dejarnos una legislatura interesante desde el punto de vista legislativo, pues aunque la mayoría se impone en las votaciones, van a verse posiciones antagónicas en muchos temas de calado (educación, sanidad, políticas sociales) y por ello el debate político se presenta enriquecedor. Mientras tanto, el PSOE se enfrenta a sus peores resultados con la mirada puesta en el debate interno en el que Carme Chacón promete dar la batalla. De momento, este monocolor es para encender las alarmas, porque ya no es ni siquiera bipartidismo y lo verdaderamente enriquecedor de la vida parlamentaria, esa que rige directamente la nuestra, es la negociación. Los nuevos parlamentarios aportarán color y dinamismo a un PP que esperemos que incremente el ritmo seguido en la campaña, sin duda una de las más aburridas y huecas que hemos presenciado. Amaiur será una gran prueba para todos. Veremos.

La banca no da a Rajoy ni cien días; esperemos que Goldman Sachs sea clemente. La culpa a partir de ahora ya no es de Zapatero y el próximo presidente prometió no recurrir a la herencia recibida. Su suerte es la nuestra. Después de la fe, los hechos.