La bici urbana está de moda. No hay nada más que pasear por las calles de muchas ciudades, incluida Elche, para comprobar como este medio de locomoción, unipersonal y saludable, se está imponiendo poco a poco. Coger la bici para ir al trabajo, a la universidad o simplemente para dar una vuelta es habitual en el Viejo Continente al que pertenecemos. Londres, por poner un ejemplo, aseguran que tiene ya 900 kilómetros de carril-bici y hay ciudades centroeuropeas donde las políticas municipales han logrado "echar" a los vehículos de algunas zonas para dar paso a la bici. En este sentido me impresionó mucho la ciudad danesa de Odense, donde acudí hace poco a visitar a una de mis hijas que estudiaba allí becada en el plan Erasmus. Con un frío que pelaba y de buena mañana miles y miles de personas se desplazaban en sus bicis a sus puestos de trabajo, desde ejecutivos engominados con sus abrigos largos, hasta amas de casa que iban a la compra y, sobre todo, chocaba ver un enjambre de estudiantes pedaleando camino de escuelas, institutos y universidades. Daba la sensación de que allí todo el mundo iba en bici menos nosotros. La apuesta por potenciar el uso de la bici urbana llega también al Ayuntamiento de Elche que intenta ampliar la oferta de bicicletas de alquiler, que funciona desde hace poco más de un año, con un nuevo servicio de uso más prolongado y puntual. El concejal de Transportes, Justino Delgado, acaba de anunciarlo y, además, trata de recabar ayudas de entidades como la Agencia Valenciana de la Energía para que resulte menos gravoso a las arcas municipales. En nuestra ciudad aumenta la demanda del transporte en bicicleta y en un solo año ha crecido un 78% el número de usuarios que utiliza este servicio. Tras este impulso la clave está en potenciar la convivencia entre ciclistas, coches y peatones para lograr un Elche más habitable.