Para no quemar el comentario, para dedicarle el espacio que merecen los milagros, me quedo sólo con los 20 de segundos de promoción de Pienso, luego existo, un espacio de La 2 -televisión pública frente a la caterva- de reflexión. Reflexión. Mal empezamos. Es una blasfemia que habla de plomo y aburrimiento. Pensar, reflexionar. Es el diablo de una iglesia cuyos vicarios, Ana Rosa, Jordi, Jorge Javier, Flo, huyen de él arrastrando a la audiencia hacia una luz que habla de verdadero entretenimiento, cachondeo, y para qué pensar, si con nosotros la vida es una sonaja. En esos 20 segundos vemos a Rafael Argullol, escritor y filósofo, diciendo que hay dos clases de personas, las que están todo el rato diciendo al mundo cómo están, y las que le preguntan al mundo cómo está. José Antonio Marina, primer invitado, es del segundo grupo. ¿A cuál pertenece usted?

A la misma hora, en Cuatro, Jesús Vázquez gritaba en la sabana keniata la gran frase que popularizó Raquel Sánchez Silva -dejó el programa de aventuras, pero no de estar con animales-, ¡arranca Pekín Exprés! Las parejas del concurso, en las presentaciones, mostraron su lado más humano, atractivo, seductor, inteligente. Veamos. Una chica dijo que está convencida, pero convencida del todo, de que Michael Jackson está vivo. Otra que ella ha nacido para ganar. Otro, que lo más importante de su vida es ir al gimnasio. Otro más que quería ir a África para verla de cerca, "porque es mú fuerte, mú fuerte". Y otra lagarta que "me acuerdo mucho de los negritos de los semáforos en España" Basta. Aunque son reflexiones de mucho calado, me quedo con los de la última blanquita. Ni ella sabe que atufa a racismo e ignorancia, pero de buen rollo. A ver si el viaje les sirve.