H ay una imagen que me viene constantemente a la memoria y que, además, suele ir acompañada de alguna frase aleccionadora, tal y como Don Quijote aconsejaría a su escudero Sancho antes de partir como gobernador de la ínsula. En aquel caso, sabiendo de la responsabilidad que aguardaba a Sancho y conociendo los protocolos que habría de asumir en sus múltiples funciones, le dijo aquello de: "...no comas ajos ni cebollas, ya que por tu aliento, conocerán tu condición de villanía".

Pero, volviendo a la visión de frecuente constancia, suelo recordar a mi padre, en su oficio de sastre, detrás de aquella enorme mesa con piedra de mármol rojizo, tijeras de gran calado en la mano derecha, impecablemente vestido con un traje, perfectamente colocado sobre su elegante figura y una cinta métrica alrededor de su cuello. Solía estar siempre muy serio. No cantaba, no fumaba jamás y su apariencia infundía serenidad, confianza y respeto.

Muchas veces escuché a la gente preguntarle siempre la misma cantinela y a él responder con la misma frase, de libro, pero que salida de sus labios, parecía nueva:

- Maestro -le llamaban- ¿Por qué no se pone usted cómodo para trabajar y lleva siempre encorsetado esos trajes incluida la corbata?

A lo que mi padre, con un rictus que no sabrías adivinar si se trataba de una sonrisa forzada o un gesto de sanción preventiva enseñante; es decir, de bondad aleccionadora, solía responder:

- Pues mire usted, la reina, no solamente ha de ser honrada sino que además, debe parecerlo.

Y seguía tan impasible como siempre, cortando con aquellas enormes tijeras, tranquilo, elegante y con su gesto de viejo profesor.

La cosa está bien clara y aunque las comparaciones sean odiosas, me están entrando unas ganas de mandar a paseo a todos los políticos o politicastros que intentan salvar nuestra patria, que solamente me calma ir al excusado a solventar mis diferencias con ellos.

¿Cómo se atreven los de la banda del ZP a decir que ellos tienen la solución al problema que nos agobia cuando han sido ellos quienes lo han provocado y quienes han consentido que los "amos" del mundo nos destrocen, previo su continuo enriquecimiento?

¿Cómo se atreven los aspirantes que, supuestamente, van a heredar el cortijo, a gritar a los cuatro vientos aquello que no conocen en profundidad, pues todavía no han levantado las alfombras de los anteriores afincados?

Pero claro, ante la lluvia que les está cayendo de manifestaciones, indignados, cabreados, jodidos y gentes en general que están hasta los cojones, con perdón, de levantarse cada día con las noticias de los millones de parados, con asesinos a los que la justicia no puede sacarles (pobrecitos) el cuerpo del delito, con terroristas que se ríen públicamente y en los mismos tribunales de las madres y esposas de las víctimas, sin que haya alguien que se levante y les dé un culatazo en los morros, ¿Quién puñetas se atreve a decir algo?

Estamos en plena campaña y además llueve en toda la finca nacional, así que lo más prudente es sacar los paraguas, para no mojarse mucho o al menos para poder dar algún paraguazo a quien con tanta sabida impunidad, te roba en medio de la calle a plena luz, te estafa a diario con recortes y recortables y después pretende salvar el culo diciendo en los medios públicos que: "Ellos también se han bajado el sueldo".

Como que es lo mismo quitarle a un desgraciado los 400 euros únicos que tenían para comer él y su familia, o descontarle un diez por ciento a los 700 raquíticos euros de un pensionista, alardeando como sufridor, de haberse rebajado un tanto por ciento (siempre dudoso) de los varios miles de euros (no digo la cantidad por respeto y vergüenza torera)que ellos cobran por no dar un palo al agua... y que no lo sigan dando, podría ser todavía peor.