Somos cine, reza el eslogan de TVE en el Festival de San Sebastián. Sus unidades móviles, a todo tren, sobresalen en la preciosa perspectiva que ofrecen a distancia tanto el Teatro Victoria Eugenia como el Kursaal. De entre la marea de acreditados diviso a Carlos del Amor, el rostro del festival en los informativos. Saludos y parabienes. Y referencia obligada a su último trabajo Almodóvar íntimo. Reunión a casi medio millón de espectadores a la hora que habitualmente se inicia la proyección de la película del día. Hablamos de la posible continuidad del proyecto. A La 2 le hacen falta formatos como éste. Que prestigian a la cadena que los emite, a los profesionales que los ejecutan y a la empresa que los impulsa. La Sexta acaba de celebrar sus primeros cinco años de vida. Balbuceando. Con el cuerpo pidiéndoles fusión para hacer frente a la competencia que se les ha venido encima. David no puede hacer nada contra Goliath. Las grandes, Telecinco y Antena 3, han atravesado felizmente el Rubicón de sus vigésimos aniversarios viento en popa. Con el negocio, dentro de lo que cabe, y dado el marco general en que nos movemos, dándoles no pocas alegrías. Mientras tanto La 2, que cumplirá sus 50 años el mismo 2016 en que San Sebastián festeje su capitalidad europea, debe seguir encontrando su camino, su rumbo, su identidad. Formatos como Almodóvar íntimo marcan precisamente ese buen camino. Pero dándoles continuidad. ¿Que cuestan trabajo y esfuerzo? ¿Y quién lo negó? Pero de eso se trata. A propósito, ¿se habrán sentado o pensarán sentarse en un futuro los representantes de la Capital Cultural 2016 con los rectores de La 2 para llevar a cabo algo en común? Sería un buen gesto.