Ya sé que Cuéntame volvió a La 1 el jueves como siempre, con un capítulo estupendo. Que el año 1979 lleva a los Alcántara a enfrentarse, como el resto de españoles, a una crisis que, siendo gorda, la actual parece superarla en dramatismo y congoja. Ya sé que el mismo jueves, en El barco, apareció como una alucinación Belén Rueda, y que el arpón en el costado de Mario Casas fue otra excusa para que el chico nos enseñara la tetilla. Incluso sé, porque el hedor fue tan fuerte que traspasó la pantalla, que el corral de Telecinco está repleto y ya defecan como es debido los bípedos de esa astracanada. De cualquiera de los programas mentados podría hablar. Pero hoy no. La estrategia del PP con respecto a la televisión pública va siendo clarísima. Vuelven a la carga una y otra vez. Por eso, para frenar la indecencia del que cree que repitiendo las mentiras la gente acabará creyéndolas, hay que escribir casi el mismo artículo una y otra vez.

Uno de sus más renombrados cínicos, apoltronados, obreros de la política de la falacia y el engaño, y de la invención y el descaro, es Carlos Floriano, de comunicación. Ha dado un paso más. Ha dicho que Fran Llorente, director de informativos de TVE, actúa como un jefe de prensa del PSOE, y que la tele pública es Telerubalcaba. Uno puede entender la exageración en el juego político, la lectura partidista de la realidad, pero no el insulto al ciudadano con criterio y memoria tratando de desprestigiar un medio público que jamás, y hay que volver a escribirlo, jamás, fue tan independiente del Gobierno y del partido que lo sustenta. Jamás.

Si en la oposición nos tratan de imbéciles manipulando, qué no harán cuando dirijan la televisión pública. Otra vez.