Todos los presidentes de Gobierno en esta etapa democrática han terminado su mandato de mala manera y con insultos. A Suárez, desde la derecha, se le llamaba "traidor" y, desde la izquierda, que era como un "tahúr del Missisipi". Felipe González fue saludado en sede parlamentaria por la actual ministra Rosa Aguilar -cuando era de IU- como "señor presidente de la corrupción", y por la derecha como "la X" o inductor a los crímenes del GAL. De Aznar se dijo que era un criminal de guerra y debería ser juzgado por el tribunal penal internacional al promover una guerra contra Irak ilegal e injusta, con mentiras sobre armas de destrucción masiva. Y contra Zapatero se han desatado las mayores críticas virulentas: que es un payaso y un inepto, un ilustrado dictatorial, liberticida, que hace el ridículo internacionalmente y es solo amigo de dictadores y sátrapas, que pacta con ETA para entregar Navarra, un mentiroso y que ha arruinado a España.

A los anteriores presidentes, con el tiempo, se han ido revalorizando sus actuaciones. Tal vez con Zapatero suceda lo mismo, pero actualmente quien intente defenderlo es una osado pues será duramente criticado, tanto por la derecha como por la izquierda. Es indudable que el fracaso económico ha sido determinante en la consideración de la opinión pública del presidente Zapatero. La negación hasta última hora de la crisis que nos amenazaba, la rebaja de 400 euros sobre el impuesto de la renta, cualesquiera que fueran los ingresos, el optimismo exagerado cuando hablaba de los brotes verdes, y cuando se pasó radicalmente a lo contrario, rebajando el sueldo de los funcionarios y congelando las pensiones, la reforma laboral que, entre otras cosas, abarata el despido, y últimamente, el pacto con el PP sobre modificación de la Constitución para incluir el precepto de la estabilidad presupuestaria, fuertemente criticado por Izquierda Unida y los partidos nacionalistas así como comentaristas de la izquierda, por romper el consenso constitucional y por la falta de un referéndum. Todo ello no compensó los cuatro años de su primera legislatura donde tuvimos un crecimiento de más del 3%, un aumento muy considerable de las pensiones, especialmente las mínimas que superaron los aumentos durante ocho años del gobierno de Aznar, así como otras medidas que se tomaron que llegaron incluso a un superávit.

Con el tiempo tal vez se recordará a Zapatero por su inmediata retirada de las tropas de Irak en una guerra que ha causado más de 100.000 muertos y estas 11 fundamentales leyes socialdemócratas:

1. La primera ley contra la violencia machista o de género aprobada por unanimidad en el Congreso y pionera en Europa. Aunque muy discutible en el aspecto penal.

2. El matrimonio entre personas del mismo género y posible adopción por homosexuales, que han sido recurridos por el PP como inconstitucionales.

3. El llamado divorcio exprés, a los tres meses de matrimonio, sin alegar motivos -que siempre eran humillantes-, y sin separación previa, judicial o de hecho.

4. La ley del aborto, despenalizando el realizado en el plazo de 14 semanas de embarazo, aparte de las anteriores indicaciones, que también ha sido recurrida por el PP ante el Tribunal Constitucional y que Rajoy ha dicho que la derogará cuando esté en el poder.

5. Ley de reproducción asistida y de investigación biomédica, que autorizó la selección genética de embriones y potenció la investigación con células madre embrionarias, así como la clonación terapéutica que permite generar ciertos tejidos e investigar enfermedades en contra de la Iglesia católica.

6. Ley de dependencia que se consideró "el cuarto pilar del Estado del Bienestar", junto a la educación pública, la sanidad gratuita y las pensiones. Que algunas autonomías no han colaborado suficientemente.

7. Ley de Igualdad, que obligó a los partidos a presentar listas electorales con al menos un 40% de mujeres (y en puestos con opciones) y fijó primas en los concursos públicos a las empresas con equilibrio de sexos. Y tener que ponerse de acuerdo padre y madre sobre el orden de apellidos del hijo, o lo efectuará el funcionario del registro.

8. Ley de la memoria histórica, "un ataque a la transición", según el PP, que votó en contra -ERC también, por considerarla insuficiente-. El texto recoge un reconocimiento a todas las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura; declara "ilegítimos" los tribunales franquistas y sus sentencias, pero no las anula; y obliga a todos los ayuntamientos a retirar todos los signos franquistas de sus calles. El Estado se compromete a "ayudar" en la apertura de las fosas comunes, pero no se hace cargo de ella.

9. La nueva ley de educación, que introdujo la asignatura Educación para la Ciudadanía, que ha motivado objeciones de conciencia en padres de alumnos y se ha boicoteado en algunas escuelas, y decreta que los alumnos que no cursen religión puedan tener la hora libre (caballo de batalla para la Iglesia, que exigía una alternativa a la religión).

10. La ley antitabaco que, pese a la crítica que se hizo por restringir la libertad, en la práctica se ha impuesto como en el resto de Europa.

11. El carné por puntos por el que el número de muertos en carretera se ha reducido a la mitad: de 4.442 fallecidos en 2005 a 2.200 en 2010.

La historia es esa y cada cual la interpretará según su ideología.