Un informe de Ernst & Young Abogados, que compara los principales impuestos de la Unión Europea, Estados Unidos y los países que se encuentran tras el acrónimo BRIC (Brasil, Rusia, India y China), España se encuentra a la cabeza mundial en el cobro de impuestos. El tipo medio del IRPF es del 45,8%, casi 9 puntos por encima de la UE.

¿Cómo es posible ser uno de los países con los impuestos directos más altos del mundo y, a la vez, que la situación real de la economía sea la actual, exhaustas las arcas públicas hasta los límites que ahora estamos conociendo? Además, nada a contracorriente en Europa y, a diferencia de sus socios, la mayor parte de la presión fiscal deriva de la imposición directa (IRPF o sociedades), mientras que la imposición indirecta pierde "protagonismo". El citado informe indica que España se encuentra en una posición "alterada" respecto al resto de los países, dado que el tipo marginal medio del IRPF aquí es de un 45,8%, mientras que la media de la UE se sitúa en el 37%. Por si fuera poco, en comparación con Estados Unidos, el tipo máximo del Estado es siete puntos superior y está cerca de 17 puntos por encima de los países BRIC, sin contar que el impuesto de sociedades en España es el quinto más alto de la Unión Europea, sólo superado por Malta, Francia, Bélgica e Italia, con un tipo del 30%.

La conclusión es que esta situación deriva en "una pérdida de competitividad de las empresas". Así pues, la citada consultora aboga de esta forma por reducir los tipos de los impuestos directos, a pesar de las dificultades presupuestarias actuales, dado que observa "mucho más margen de maniobra" para elevar la tributación del IVA, así como los tributos especiales y medioambientales. El informe va más lejos y señala además que el impuesto de patrimonio, reactivado recientemente por el Gobierno español, supone un "paso atrás claramente residual". Respecto al impuesto de sucesiones y donaciones, España se sitúa como el país con el cuarto tipo más alto: casi el 35%.

Hasta aquí, el informe hecho en Yanquilandia. Ustedes juzgarán si se aferra a una triste y contrastable realidad o, por el contrario, sólo muestra una parte de la realidad, dejando fuera cualquier alusión a la redistribución de la riqueza vía impuestos, para lograr una economía sostenible y más equilibrada, que vele por mantener los pilares del Estado del Bienestar, es decir, sanidad, educación, pensiones y la inclusión social, en lugar de mantener los desequilibrios actuales, que si no hay cambios responsables de calado, aumentarán. Al menos, la tendencia de los dos últimos años va en esta dirección con una tozudez que asusta. Y no estaría de más acordarnos de las recetas de ésta y otras consultoras parecidas, cobradas a precio de oro, y que coinciden con las pautas que nos están llevando al desastre, con unos bancos muy liberalistas pero que están sobreviviendo con los impuestos de todos. Precisamente.