Sobre el Corredor Mediterráneo sólo tenemos en estos momentos la palabra del ministro José Blanco de que se hará, pero todos somos conscientes del valor que puede tener la palabra dada por un político de un Gobierno amortizado cuyo partido da por certificada una debacle electoral el 20-N que le llevará a la oposición en el Parlamento. Los empresarios se han reunido en varias ocasiones con Blanco, quien les ha pedido casi un acto de fe, sobre todo teniendo en cuenta que el Ministerio de Fomento no les ha podido mostrar documento técnico alguno que haya presentado ante la Unión Europea para obtener el dinero para la construcción de un corredor ferroviario de mercancías que es vital para el futuro desarrollo de la provincia de Alicante. Sólo palabras y buenas intenciones sobre el Corredor Mediterráneo que se enfrenta al hecho real de que Bruselas aprobó en julio financiar el Corredor Central. Una triste realidad.