En un excelente trabajo publicado en medios de comunicación por el ex Director del Banco de España D. Aristóbulo de Juan resumía los principales problemas que presentan las entidades financieras y que con el paso del tiempo no se han solucionado y siguen plenamente vigentes como raíz de parte de los problemas actuales y me temo que futuros.

No son complicados logaritmos, sino recetas con sentido común y fáciles de aplicar CON VOLUNTAD POLÍTICA, y que los ciudadanos demandan cada vez con más fuerza en la actualidad.

En primer lugar: Indica que las crisis, sean aisladas o sistémicas, siempre tendrán su origen en una MALA GESTIÓN. En el panorama actual vemos ejemplos más que sobrados: CAM, CCMÉ etc y por supuesto otras entidades que están en no tan grave situación pero que aplican erróneas recetas para solucionar sus problemas y más pronto que tarde se verán en la misma situación o peor.

En segundo lugar: Los principales rasgos de una mala gestión, son generalmente un crecimiento demasiado rápido y la asunción de riesgos desmedidos. La liquidez es el opio del banquero, y los riesgos se centran en el crédito. ¿A qué nos suena todo esto?, crecimientos rápidos, compras sin ningún criterio, afán de protagonismo y alcanzar puestos relevantes, consejos de administración que no se enteran de lo que pasa, información sesgadaÉetc. ¿Quién pagará estos desaguisados? ¿Las cuentas públicas y, por ende, todos los españoles? Porque los gestores se aumentan el sueldo y las indemnizaciones cada vez son más altas, esté como esté la entidad que los pague. "El dinero no es de nadie", dijo algún personajillo publico.

En tercer lugar: Cuando la gestión es mala, las ENTIDADES OCULTAN SUS PROBLEMAS, con cuentas maquilladas. Los porcentajes de morosidad, los beneficios, los riesgos asumidos, renovaciones etc, etc, nada es lo que parece. Los créditos nunca están contabilizados como morosos, las refinanciaciones son operaciones activas, a la espera de tener margen financiero suficiente para meter en morosos y provisionarlos, ¿Qué me dicen cuando se compran activos? La CAM es una especialista en esas lides.

A primeros de mes se calculan las operaciones de morosos que habría que contabilizar. Esta información se mezcla con la cuenta de resultados y se trata de ver si, manteniendo unos resultados públicamente aceptables, las cifras pueden soportar amortizaciones de operaciones de mora. El resto habrá que renovarlas para mejores tiempos, en estos momentos el cáncer ya está en la entidad.

En cuarto lugar.Las situaciones de insolvencia nunca son declaradas por los banqueros, ni el supervisor las identifica siempre, -qué podemos decir de los supervisores de la CAM, que no se dieron cuenta, desde hace mas de dos años que están permanentemente en ella, de su situación-, o no tuvieron la valentía de declararla ¿Incompetencia o falta de valor?

En quinto lugar: Entre las medidas que no resuelven la insolvencia y que se aplican hoy en día (la tolerancia en las normas -la peor-, la mejora de la eficiencia que a corto plazo no resuelve la situación, la suscripción de títulos a tipos altos), supondrán un lastre de cara al futuro, sobre todo las revalorizaciones contables.

En la actualidad el problema con las revalorizaciones contables es al revés, hay minusvaloración y por ello se reconvierten activos sin actualizar la tasación porque de lo contrario se quedaría sin cobertura la operación como ocurre con más del setenta por ciento de operaciones, según los informes del BdE.

En sexto lugar: Los agujeros de insolvencia deben de ser rellenados por los accionistas de la entidad, en primer lugar; o por nuevos, si se da el caso -si es absorbida por otra entidad será la otra la que asuma las perdidas-; y en último lugar y si las circunstancias lo aconsejan, el Gobierno, que debería limpiar y reorganizar su cúpula directiva analizando las responsabilidades que se hubieran cometido. Siempre queda claro que si la insolvencia se resuelve a medias, la entidad será más frágil y el sistema será poblado de zombis que cualquier viento las devolvería al punto de partida.

Siempre es lo mismo cuando más tarde se abordan estos procesos, más costosos resultan. En un mercado abierto habría que dejar caer a más de una entidad y enjuiciar a sus directivos por incompetentes: los incendiarios no pueden ser los bomberos de la situación. La tolerancia de la inspección del BdE la hace cautiva de sus decisiones, las injerencias políticas mantienen maniatados a directivos que no pueden contrariar a la mano que le ha puesto donde están, ni las prebendas de que dispone, por eso siempre en estos temas NADA ES LO QUE PARECE. Ahora "nadie estuvo allí, simplemente pasaban el rato", como dicen los consejeros de la CAM.