El pasado lunes día 5 de septiembre de 2011 se hicieron públicas las cuentas de la CAM correspondiente a primer semestre de 2011. Esta información es reglamentaria por exigencias de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y, en este caso, ha sido presentada por los administradores del Fondo de Regulación Ordenada Bancaria (FROB), que es el nuevo gestor de la CAM desde que fuera intervenida el pasado 22 de julio de 2011. La información presentada por estos nuevos gestores ha sido un verdadero campanazo negativo y una desagradable sorpresa para todos.

En líneas generales se nos dice que la CAM ha tenido unos resultados negativos en el primer semestre de este año de 1.135 millones de euros; una tasa de morosidad del 19%; un coeficiente de solvencia (sin aportaciones del FROB) del 4,80%; un patrimonio neto de 1.125 millones de euros; Activos Totales, 71.297 millones de euros; Inversión Crediticia, 50.106 millones de euros; y Depósitos, 53.008 millones de euros.

Las aplicaciones contables de los nuevos gestores (FROB) han hecho salir a la luz una situación patrimonial de la CAM más débil de la que se creía, o tal vez y mejor dicho, una valoración patrimonial de la mitad de lo que se estimaba. Concretamente, según mis datos, al 30 de marzo de 2011 esta valoración patrimonial era de 2.255 millones de euros. Ahora es de 1.125 millones de euros, o séase, su valor contable es la mitad de lo que se nos informó hace cinco meses por sus entonces gestores que ahora han sido cesados.

Un apunte sobre la "Teoría del Valor"

La "Teoría del Valor" dentro de la Ciencia Económica ha dedicado toneladas y toneladas de tinta a lo largo de la historia del pensamiento económico para definir la valoración de los bienes y servicios. Los enfoques son numerosísimos; por ejemplo, valor objetivo, subjetivo, de costes, de producción, de demanda, de oferta, bursátil, de intercambio, de cotización, etcétera, etcétera. Al final, en una economía capitalista, el valor definitivo es el "de mercado". Lo que ahora vale "contablemente" la CAM son los 1.125 millones de euros de patrimonio neto. Su valor de mercado será el precio al que puedan tener salida las acciones que detente la CAM en el nuevo Banco CAM al que ha transferido todos sus activos y pasivos.

¿Por qué se ha llegado a esta situación?

No voy a ser yo quien lo pueda explicar o aclarar. Para ello necesitaría transformarme en auditor, adentrarme en sus libros y revisar los criterios contables y de gestión aplicados por lo menos durante los diez últimos años. De todas formas, y a modo intuitivo, tengo la presunción de que ha habido demasiada alegría y optimismo en sus decisiones que han coincidido con tiempos de exceso de liquidez y unos bajos tipos de interés para financiarse la CAM en los mercados mayoristas, que comenzaron a principios de la década anterior con la integración de España en la Unión Monetaria Europea, el euro como medio liberatorio de pago, el Sistema Europeo de Bancos Centrales y el Banco Central Europeo como pródigo proveedor de dinero al sistema. Además de ello se vivía en un exacerbado ambiente neoliberal en la Reserva Federal de los Estados Unidos que contagió a todas las entidades financieras mundiales y se concedieron créditos con facilidad, los cuales eran colocados en mercados secundarios mediante sofisticadas operaciones de titulización.

Entonces la CAM optó por una amplia expansión nacional e internacional, con una importante colocación dentro de su cartera industrial de acciones en empresas inmobiliarias y de la construcción, sector que se sabe que es cíclico por naturaleza, y que ahora está en una fase de recesión con inmuebles sin vender, algunas de sus empresas en concurso de acreedores y con cotizaciones bursátiles muy bajas. A ello añadamos los propios créditos hipotecarios a particulares, que están resultando de difícil cobro para la CAM y que, por tanto, causan una enorme volatilidad en su valoración. El que la tasa de morosidad haya alcanzado el 19% es algo inaudito para mí en la historia del Sistema Financiero Español.

Todo ello ha resultado más lacerante para la entidad alicantina desde que el Gobierno español decidiera, en febrero de 2011 y bajo el planteamiento de reforzamiento del sistema, el aplicar con demasiado rigor los acuerdos de "Basilea III", que podría haber sido paulatina a lo largo de varios años pero que ha preferido que lo sea de inmediato, con lo que han tenido que aflorar muchos activos dudosos y la CAM no cubre las exigencias de coeficiente de solvencia. También creo que las pérdidas que han aparecido son consecuencia de unos criterios contables del FROB de excesivo rigor y violencia frente a la prudencia con la que la literatura económica habla de las valoraciones contables.

Perspectivas de futuro

El futuro para los clientes y depositantes del Banco CAM está asegurado gracias a que la legislación española ha creado la figura del FROB, gestionado por el Banco de España, que ahora tiene dispuestos 2.800 millones de euros en colocaciones accionariales y 3.000 millones de euros en una línea de crédito por si fuera necesario el recurrir a dinero adicional. Pero el Banco de España interviene las entidades financieras pero no para quedárselas. Su planteamiento es hacer de intermediario para que otra entidad bancaria, fondo de inversión o los mercados institucionalizados se queden con ella. Y así lo va a hacer con el Banco CAM, para el cual se ha anunciado que va a preparar una "subasta inversa" para que lo adquiera la entidad que menos ayudas públicas solicite para su adquisición. Me imagino que los grandes bancos españoles ya estarán al acecho y solicitarán algunas exigencias como, por ejemplo, la posible generación de un "Esquema de Protección de Activos" para cubrir algunas insolvencias de la cartera de créditos de CAM que pudieran aparecer de forma inopinada en un futuro.

Por concluir, la antigua CAM de ciento treinta y seis años de historia es un nuevo banco, el Banco CAM. La anterior figura jurídica como Caja de Ahorros se transformará en una Fundación que tendrá una participación en el capital del nuevo banco. ¿Cuál va a ser esa participación? Me temo que muy limitada. Si su patrimonio actual es de 1.125 millones de euros, una vez lanzado al mercado mediante subasta o en mercados bursátiles los "tiburones" que la adquieran valorarán su patrimonio a la baja. Lo habitual en estos casos es con una ponderación entre el 0,20 y el 0,40. Así ha ocurrido hace mes y medio con la oferta pública de venta de acciones de Bankia en la Bolsa española. Tal vez el valor de la CAM en el mercado se sitúe dentro del tramo que he indicado y que la parte de acciones del Banco CAM que va a detentar la Fundación estará entre el cinco y el ocho por ciento de su capital. Ello supone que no va a tener ninguna capacidad de decisión en la gestión del Banco CAM y tan sólo limitarse a percibir dividendos que, cuando los haya, serán muy reducidos para las arcas de la Fundación y que, desde luego, supondrán un débil ingreso financiero para sostener su modélica Obra Social, la cual se verá reducida en casi un noventa y cinco por ciento.

Como suele ser habitual, quien compre el Banco CAM procederá a lo que en el argot financiero se entiende como "poda de ramas" que repercutirá sobre el número de oficinas y plantilla de personal, aunque esto último puede ser inteligentemente negociado. Alicante va a desaparecer como importante plaza financiera española y como adalid de obras culturales, benéficas, sociales y cívicas. Aún queda la esperanza de que quien compre la CAM se comprometa a sostener parcialmente su acreditada Obra Social pero no creo que esto ocurra porque el Banco CAM ha entrado de lleno en el proceloso océano de los mercados financieros, a los que se les suele colocar el apelativo de que tienen el corazón negro.