Un dromedario apareció súbitamente en una gasolinera de Ibiza, provocando una imagen absurda. Ni siquiera algunas manifestaciones psicodélicas del verano ibicenco, como la duquesa de Alba comprando en mercadillos jipis, amortiguan lo chocante de la escena. Es más fácil que un dromedario irrumpa en una gasolinera ibicenca que un camello pase por el ojo de una aguja pero eso no impide el absurdo económico del hecho ya que estos camélidos son famosos por su bajo consumo. Y ya no aceptamos absurdos económicos desde que las políticas fiscales no son de derechas ni de izquierdas sino de sentido común. O sentido común o absurdo.

Como la imagen es de las que te cambian la visión del día en la misma página web aparece Tony Blair -ex primer ministro británico y corresponsable de la segunda guerra del Golfo junto a Bush y Aznar- y su sonrisa dentuda recuerda a un camello. No es tan disparatado: a los camellos y a él les ha ido bien en el desierto.

El titular asegura que Blair es el padrino de una de las hijas pequeñas de Rupert Murdoch, presidente del grupo News Corporation, bautizada a orillas del río Jordán. Ahora son doblemente compadres, ya que Murdoch apadrinó la llegada al poder de Blair cuando era un joven socialista que ensayaba una tercera vía de camino al socialismo que resultó ser el desierto. Entonces, el apoyo del liberalérrimo magnate de la prensa parecía más raro que un dromedario en una gasolinera ibicenca pero luego se explicó todo.

Lo del dromedario también se explica. El animal pertenece a un circo y se escapó durante media hora hasta que fue capturado, sin consecuencias, porque siempre es menos destructivo un dromedario en una gasolinera que un elefante en una cacharrería. Así que nada es absurdo sino como el resto de la vida desde que el circo se ha instalado en la ciudad y avanza el desierto.