"La tienda de los suicidas". Teatro Principal de Alicante. De Jean Teulé. Compañía: Cinétika. Adaptación y dirección: Matilde Albert.

La pasión y la creatividad de los grupos de la provincia tienen en Alicante a Escena uno de sus modos de proyección. El Teatro Principal, completamente lleno, acogió el sábado La tienda de los suicidas, el segundo espectáculo de Cinétika, de Mutxamel. No es La tienda de los horrores, si bien se trata de una comedia satírica o parodia con humor negro. Los individuos que regentan la empresa son una especie de familia Addams con su gótico estilo, esa cultura subterránea en sintonía con lo sobrenatural, la morbosidad y lo oscuro. El gran negocio familiar consiste en una tienda de artículos para suicidarse. Y ello en una sociedad futura no muy lejana, en un mundo deshumanizado cuya única salida parece ser el suicidio y donde vencen la corrupción, las guerras, el terrorismo y el cambio climático. Miserias y una interesante reflexión crítica sobre el presente y el futuro. La adaptación de la novela de Jean Teulé presentaba a priori el reto de trasladar a la dramaturgia y posteriormente al escenario el ritmo ágil y las chispas agudas y algo locas del libro editado aquí en 2008. Divertir partiendo de un asunto nada burbujeante y obtener un buen equilibrio entre lo grotesco y la verosimilitud con la expresividad, la sencillez y la profunda influencia cinematográfica del pequeño volumen de este escritor galo. Se ofrecen notas musicales en vivo, pero la adaptadora y directora Matilde Albert no logra el mejor reflejo posible de la narración. Aunque el montaje nos transmite las ideas básicas del texto original y pese a los galardones obtenidos en Coria (Cáceres), los personajes y las situaciones pocas veces alcanzan el relieve o el fino humor de Teulé. Casi nada trasciende más allá del ámbito de una simple y discutible broma interpretada por Victoria Baeza, Marco Gosálvez, José Moledo, Juan Torres, María Cabrera (además de coreógrafa) o Sergio Romero, entre otros, quien representa el amor y la esperanza. Esto lo refuerza el tema musical Mira siempre el lado positivo de la vida, que canta un coro de crucificados en el filme La vida de Brian, de los Monty Python.