En otros tiempos e incluso en la actualidad para algunas personas las promesas de todo tipo eran y siguen siendo sagradas. Con un apretón de manos quedaba cerrado cualquier acuerdo. De esta saludable y seria costumbre, a lo largo de los tiempos, siempre han estado al margen los políticos. Lo raro es que el personal siga creyendo en ellos y los justifique.

Resulta que en el programa del PP de Torrevieja en las últimas elecciones municipales, su entonces candidato y hoy alcalde, Eduardo Dolón, sentenciaba por escrito lo siguiente: "Continuaremos con nuestro sistema de transporte público, tanto urbano como escolar gratuito, sistema pionero en toda España... ". En los mítines, incluso, prometió aumentar las ayudas a los que más las necesitasen y estos van a ser ahora los primeros en perderlas.

Ante la grave situación de la arcas municipales -más hundidas que el trasatlántico Sirius en la Losa de la Hormiga- el joven regidor no ha podido disfrutar ni de los cien días de gracia para empezar a tomar medidas impopulares como el c0bro (aunque simbólico, por algo se empieza) del servicio del transporte urbano y, próximamente, lo mismo ocurrirá con el escolar. Estando previstos, a corto plazo, otros recortes económicos de peso.

Por la mar va quien lo gana (otra vez). Aunque suene a demagogia, los componentes del equipo de gobierno y su personal de confianza, incluidos algunos casos de nepotismo, no pasan agobios, al menos económicos, a fin de mes. Unos, merecidamente; y otros, no tanto. No se puede ni se debe meter todos los huevos en el mismo cesto. No sería justo. Si antes se decía: "El que vale y el que no, "pá" las Salinas", y nadie se ofendía cuando todo el pueblo trabajaba en ellas, hoy se puede aplicar este aserto torrevejense a muchos de los contratados por Ayuntamiento, que es una de las principales fuentes de empleo en Torrevieja. Hay vecinos que al hablar de este tema dicen sentir como si les estuviesen metiendo mano en el bolsillo para robarles

Por lo visto el joven regidor o no sabía, no llegó a entender o quiso obviar el "embolao" que le endosó su padrino político, el exalcalde Pedro Ángel Hernández Mateo quien después de la boda se fue sin pagar muchas facturas, de sus muchos años de gobierno municipal, marcado por una demagogia insultante y la mayoría de veces hasta humillante.

Ahora con la crisis, que no es sólo económica, comienza el derribo de un modelo de Ayuntamientos que durante muchos años ha estado funcionado muy por encima de sus posibilidades económicas e incluso intelectuales. Como el Consistorio torrevejense no se ha cambiado de color político, resulta difícil, por no decir imposible levantar las alfombras y sacudirlas al aire, aunque los hay incansables a la hora de seguir esperando milagros.

Después de más de veinte años de gobierno unipersonal saldrían a la luz "chanes salaos" a decir local, como está ocurriendo en la cercana y querida Orihuelica del Señor, donde estos se multiplican y los encuentran hasta sin buscarlos. ¡¡Vaya tela!!.

Coda. Que la dejen como está para vergüenza de este pueblo. Que no la toquen, pero por lo menos deben de parchearla. El personal se carga los amortiguadores del coche circulando por ella y si va andando corre el riesgo de romperse la crisma. Me refiero a la calle de Caballero de Rodas. Tres millones y medio de euros de inversión pueden sonar a poco, pero si hablamos de antiguas pesetas son quinientos ochenta y un millones.