No ha tenido ni tiempo el nuevo presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, a calentar el sillón de presidente de la Generalitat para que la alargada sombra de la gestión de su antecesor -esta vez vía auto del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana por el asunto de la financiación irregular de su partido- le persiga y eclipse hoy su toma de posesión formal tras el debate de investidura del pasado martes. Esta es la primera pero no va a ser la última vez que el nuevo inquilino del Palau de la Generalitat se vea salpicado por los casos de supuesta corrupción en su partido -que ya se han cobrado la dimisión de Francisco Camps- porque los casos Brugal y Gürtel siguen vivos en los tribunales y el error cometido por la dirección regional con el aval del mismísimo Mariano Rajoy de permitir la entrada en sus listas de imputados y/o investigados judicialmente pasará factura más bien temprano que tarde. La permisividad de Génova con su hasta hace dos días barón territorial, unido a la manera como Rajoy tiene de no enfrentarse a los problemas sino dejar que estos se pudran por sí mismos, ha terminado por afectar, además de al nuevo jefe del Consell, al líder nacional de los populares, que ahora se va a ver impelido por el alto tribunal valenciano a explicar qué control tenía sobre las finanzas de su filial en la Comunidad Valenciana. En poco más de 24 horas, un auto judicial del TSJ ha constatado fehacientemente que la formación popular ha cerrado en falso su crisis interna y que la dimisión de Camps apenas ha conseguido contener un día la hemorragia que padecen y que seguirá supurando por la misma herida mientras todos y cada uno de los que tienen un procedimiento abierto en los tribunales y ocupan un cargo público no asuman la responsabilidad política que conlleva estar inmerso en una investigación judicial y dimitan. En caso contrario, Rajoy deberá ir preparándose para lo peor porque la ley de Murphy una vez más se cumplirá y el escándola podría estallarle en plena carrera contra Rubalcaba por el sillón de la Moncloa.