Hace ya varios meses que la agrupación socialista de Alicante celebró un proceso de primarias donde eligió una candidata a las elecciones municipales. En ese momento ya circulaban varias encuestas y sondeos preelectorales, sobre las preferencias y posibilidades de la candidata Elena Martín para conseguir la Alcaldía de Alicante; y se mostraba ya por entonces el poco o ningún peso electoral que podía arrastrar. Aun así, por intereses y demás decisiones de la dirección del partido y de la propia candidata, se hizo oídos sordos a otras propuestas de los militantes, simpatizantes y ciudadanos; que quizás eran más coherentes y sensatas para recuperar la Alcaldía de Alicante.

Pues bien, llegados al 22M se desarrollaron los acontecimientos "apocalípticos" que su candidatura iba a traer, y superó los pronósticos, obteniendo el peor resultado del PSPV en la democracia. De todas formas, los militantes aceptamos resignados dichos resultados dada la situación nacional por la que atraviesa la economía del país y del PSPV. Pero lo que no podemos aceptar es que, al mismo tiempo de atravesar malos tiempos, la candidata y otros miembros del partido sean el reflejo de nuestro partido con sus acciones de interés personal cuando ni siquiera han realizado actos simbólicos en otra dirección, y de esta manera muestran su forma de concebir la política como un sistema de satisfacción de ambiciones y necesidades a su alcance. La candidata Martín debería de ser el ejemplo de honestidad y sacrificio por la vida pública del PSPV, por lo que representa el ideario del PSOE, y por tanto, la decisión al respecto más ético y moral posible sería la dimisión como secretaría de organización del PSPV para dedicarse por entero a su cargo principal, portavoz de la oposición del PSPV en el Ayuntamiento de Alicante. No obstante, esta petición ya se ha formulado más de una vez, y la última fue en la asamblea extraordinaria del 18 de junio, donde algunos militantes exigimos y pedimos una acción de este tipo, pero por lo visto estas asambleas no son más que un foro donde vamos a desahogar nuestras ideas, pues las decisiones las toman el núcleo del partido, y la figura del militante se reduce a la mínima expresión, pierde su peso, no participa en el guión de la película, que es dirigida por la cúpula del partido. Y así no se produce debate ni discusión y por supuesto nadie se atreve a llevar la contraria al líder máximo. Como resultado, la sensación percibida es que quienes controlan el partido se sirven de la política en vez de dedicar su vida a ella. Aquí está la primera barrera como militantes indignados que debemos derribar.

Los militantes debemos de dar un "golpe de estado" en el seno del partido para recuperar el interés y el compromiso por lo colectivo, para acabar con las sectas y la mixtura entre lo público y lo privado. Y no hace falta que la derecha nos dé lecciones sobre esto.

¥ (*) Suscriben también el artículo José Antonio López Berruti, Pilar Castillo Espadas, Joaquín Varó, Jorge Aznar, Lara López Pérez, Noemí Pomata y Francisco Berenguer, militantes del PSPV de Alicante.