Después de los malos resultados obtenidos por el PSPV en el pasado 22-M y la debacle sufrida en el socialismo alicantino, es hora de realizar una reflexión sincera que nos lleve a mejorar nuestra actuación de cara a la sociedad y nuestra estrategia política de cara a las próximas elecciones. Es hora de dejar de administrar derrotas: el reparto interno de cargos para la supervivencia se ha convertido en una miseria política que nos desvincula de la sociedad. Quiero provocar la reflexión lanzando algunas propuestas concretas, que espero sirvan por un lado para todo el que piense que es posible que el socialismo vuelva a gobernar en la Comunidad Valenciana y en particular en la ciudad de Alicante, y que por otro resulten atractivas para aquellos que no nos han votado:

1. Asumir responsabilidades. Nuestros dirigentes nos han llamado a hacer una reflexión y hacer autocrítica, pero esta debe ser verdadera. No lanzar balones fuera. No culpar a la crisis como único factor determinante en el resultado electoral, ni tampoco a otros compañeros. Analizar todos y cada uno de los factores que han podido influir en el resultado electoral y rectificarlos. Que cada cual asuma su parte de responsabilidad.

2. Volver a pisar la calle. Desde hace algún tiempo nos hemos divorciado de la sociedad alicantina. Hemos perdido el contacto con nuestros barrios tradicionales, que nos han dejado de votar, y han preferido hacerlo a otras opciones de izquierda o de derecha, que sí se han acercado a ellos durante los últimos años. Escuchar a los ciudadanos, sus peticiones concretas y cotidianas. Estar todos los días con ellos. Dejar los despachos para ocupar la calle.

3. No silenciar el debate de los afiliados. No hay por qué asustarse del debate de la militancia. Es falso que éste perjudique al partido. Hay que recuperar la vida interna de las agrupaciones. De cualquier confrontación de ideas seria y constructiva pueden salir propuestas y soluciones. Hay que dejar que estas fluyan y recoger lo mejor y más útil de ellas.

4. Centrar nuestro discurso en las políticas de empleo, la verdadera preocupación actual de los ciudadanos, y no tanto en la corrupción. La sociedad valenciana y alicantina conoce a sus políticos, no es preciso recordárselo cada día. Nuestra prioridad debe ser mejorar el nivel de vida de la ciudadanía y atender a sus necesidades más urgentes, que en los momentos actuales es el empleo.

5. Incorporar a nuestro partido las innovaciones sociales, tecnológicas (redes sociales), del mundo de la cultura y de la Universidad. Modernizar el partido y ponerlo en contacto directo con todos los ámbitos de la sociedad y a su servicio.

6. Escuchar a los jóvenes, particularmente a los que han participado en las jornadas del 15-M. Son gente formada, preparada y con ideas. Tienen propuestas sensatas, solidarias y muy aceptables que no hemos sabido escuchar. Por eso nos han visto como una alternativa caduca y distante y han votado a otras opciones de izquierda.

7. Recuperar y reivindicar nuestras identidad. Somos alicantinos, valencianos, españoles y europeos y estamos orgullosos de serlo. No tenemos por qué ocultar nada, ni renunciar a ninguna de nuestras siglas.

En definitiva, tenemos que reinventarnos, al mismo tiempo que recuperamos nuestras esencias y escuchar a la gente: con la cabeza bien alta, los pies en la tierra y el corazón a la izquierda.