en la pasada Semana Santa tuvo lugar un hecho importante en el Movimiento Ecuménico: Varias Comunidades de Anglicanos, de Inglaterra y Gales, han regresado a la Iglesia Católica, casi quinientos años después del cisma provocado por Enrique VIII, en 1536.

Hay unos cuantos hechos originales. Hasta ahora, cada persona individual, perteneciente a la Iglesia Anglicana, podía pedir al Papa su regreso a la Iglesia Católica, y se le concedía. El hecho reciente es distinto. Comunidades enteras de pastores y fieles anglicanos pidieron al Papa la posibilidad de volver como tales, en comunidad, a la Iglesia Católica. El Papa Benedicto XVI se lo ha concedido, a través de la Constitución Apostólica "Anglicanorum coetibus", creando con estas comunidades unas Diócesis sin territorio, llamadas "Ordinariato personal", a cuyo frente ha puesto un Superior del Ordinariato, perteneciente a esa comunidad anglicana del Ordinariato. Así, estos antiguos anglicanos han pasado a la plena comunión con el Papa.

La ceremonia de ingreso ha sido peculiar. Dado que el Bautismo en la Iglesia Anglicana es reconocido por la Iglesia Católica, su ingreso en la Iglesia Católica, en Pascua, ha tenido lugar a través de una celebración en la que ellos pidieron la plena comunión, y la Iglesia Católica la ha concedido. En cuanto a los sacerdotes anglicanos de estas comunidades, que han pedido su regreso a la Iglesia Católica, se les ha dado una formación particular, y, finalmente, se les ha ordenado. Este Movimiento Ecuménico, que ha comenzado en Inglaterra y Gales, se está extendiendo por Estados Unidos, Canadá y Australia, donde hay ya comunidades que piden regresar a la plena comunión con el sucesor de San Pedro, el Papa de Roma.