La ciudad votó, efectivamente, el pasado domingo. Y su voto acabó marcando un hito en la historia política de Elche. Es la primera vez que en una etapa democrática -y excluyo aquí las siempre amañadas elecciones en la etapa de la Restauración (1876-1923) y los tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera y la "dictablanda" de Dámaso Berenguer (1923-1931)- el Partido Socialista Obrero Español se ha visto desplazado de la Alcaldía. Por tanto, la del domingo fue una urna histórica. Cabe, ahora hacer ciertos análisis y algunas reflexiones. Y ustedes comprenderán que las haga desde la rivera socialista que, además, tiene el encanto de la épica de los derrotados.

En el primer análisis, a pesar de su obviedad y de haber sido esgrimido a bote pronto en la misma noche electoral, conviene detenerse un poco. El PP ganó en Elche. Pero no ganó desde Elche. El peso de la presión nacional fue demasiado fuerte. La pregunta es ¿cuánto de fuerte? La respuesta es 6.000 votantes. Pero, lo más relevante no es que eligieron la papeleta popular. Lo más relevante es que fueron a votar. El nivel de participación es el indicador clave en este proceso electoral. El ejercicio del voto en elecciones municipales está entre el 61,5 y el 64 por cien en Elche. Sólo se rompió esta norma, tan espontánea como rígida, en el tsunami de 1995 y ganó el PP. Personalmente, tenía claro que si la participación estaba por debajo del 61 o por encima del 65 el PSOE perdería. En el primer caso, por desmovilización de su electorado. En el segundo, por hipermovilización del electorado popular. Cuando a las 18.21 h. la web del Ministerio del Interior ofreció un pantallazo con seis puntos y medio de participación más que en 2007 en Elche supe que pintaban bastos. Seis mil votantes del Partido Popular, que nunca votan en las municipales lo hicieron el domingo. Obviamente, no lo hicieron por razones locales, sino en respuesta al toque de corneta nacional para acabar con el gobierno de España. También hay votantes socialistas que no ejercen su voto en las municipales, pero ésos siguieron sin hacerlo. Valga como dato ejemplificador que el distrito de voto socialista más potente, Carrús, fue el único en el que bajó la participación respecto de 2007. Curioso. La visita de Rajoy a Elche, a la que no dimos desde el PSOE gran importancia -"no vino, pasó"- pudo tener una enorme capacidad movilizadora. Convulsionó conciencias conservadoras. El mensaje era claro. "No se trata de Soler o Alonso, se trata de Zapatero o yo". A esa llamada acudieron seis mil votantes populares que nunca están en las elecciones locales y que, salvo circunstancias extraordinarias, no volverán a estar. La secuencia histórica es muy clara. Así ocurrió en Elche, Gijón y las ciudades donde había un longevo gobierno local socialista en el que volcar las iras contra Zapatero. En Elche hizo falta una leva de seis mil votantes de la reserva popular para castigar al PSOE. En Alicante y en otros municipios con gobierno local conservador no hizo falta leva alguna para castigar a las candidaturas socialistas.

Hay otro dato de interés en el cómputo del pasado domingo. En todos los municipios de alrededor, la candidatura municipal popular obtuvo más votos que un presidente Camps con evidentes muestras de desgaste. En Elche no. Aquí la candidata Alonso obtuvo tres mil votos menos que Camps. Es evidente que su figura no ha despertado pasiones. Incluso, en las secciones del centro de la ciudad el PSOE ha ganado votos, lo que significa que su candidato estaba mejor valorado.

Para nadie pasa inadvertido el hecho de que el PSOE haya mantenido su suelo electoral intacto en una coyuntura como ésta. Hubo una buena gestión municipal, especialmente en la segunda parte del mandato, y se remató con una buena campaña electoral, con más de cien militantes permanentemente en la calle, mensajes pocos y claros y un muy buen candidato. Cabe destacar que el voto socialista en los barrios de Carrús y Plá se ha visto incrementado en 2.400 votos. Se ha mantenido, por tanto, con todo vigor, los feudos tradicionales.

Una última consideración me parece relevante. La izquierda del PSOE, Compromís y EU, simplemente han mantenido su total de votos de las anteriores elecciones. Incluso, han perdido unas cuantas decenas. Sin embargo, en el resto de los municipios han duplicado e, incluso, triplicado su respaldo. Es evidente, pues, que el PSOE en Elche ha retenido el voto de la izquierda. Una situación ésta de la que habría que extraer consecuencias.

Éstos son los primeros elementos para el análisis. Qué poco originales. Pero, son reales. Y cabrá reflexionar sobre ellos para ver qué consecuencias se derivan. Y, ustedes me perdonarán, pero eso es lo que pienso hacer el domingo que viene. Éste cuento merece más capítulos. ¿Conseguirán los sufridos socialistas salir de las sórdidas mazmorras en que los ha recluido la marea popular? ¿Podrán organizar la resistencia? ¿Acabarán devorados por la pérfida Alonso que, a modo de Cruella de Ville, los triturará dejándolos en los huesecillos? No se pierdan el próximo capítulo de "La Ciudad Votó".