Ay, qué falta harían el domingo al caer la noche las recetas de pulpo y rodaballo en La 1 y los reportajes sobre tortugas marinas en el Canal 24 Horas. Ya se sabe, no sólo hay que ser honrado. También hay que parecerlo. Lo de TVE, digámoslo claro, fue un despiste, un fallo de coordinación desde arriba. Seguro que el dispositivo electoral estaba atado y bien atado desde hace mucho tiempo. Cientos de trabajadores, informadores y técnicos, dispuestos a permanecer de guardia durante la jornada del 22-M, desde primera hora hasta la madrugada. Un foco informativo con Pepa Bueno y Ana Blanco a la cabeza, una mesa de análisis de urgencia con Ana Pastor y una segunda, con un debate más sosegado, con Vicente Vallés. Conexiones en directo con todas las capitales autonómicas y con las ciudades de Ceuta y Melilla. Enlaces con las sedes de todos los partidos políticos en liza. Equipo desplazado a Lorca, como mandan las circunstancias. Para, a la hora de la verdad, a la hora H, mientras las televisiones autonómicas entraban en tromba a dar los datos de las encuestas que habían encargado al efecto, bien pasadas las ocho de la tarde, ay, en La 1 se mostraban las recetas de cocina de España directo mientras que en el Canal 24 Horas se podía ver un reportaje sobre tortugas. Habríamos de consolarnos pensando que eso que se ahorró la televisión pública al no encargar ninguna encuesta, ahorrando un dineral en elucubraciones, cuando los datos reales se iban a conocer una hora después. Pero no podemos menos que lamentar este lamentable fallo de la cúpula directiva y de programación. Telecinco, por ejemplo, se podía permitir programar La que se avecina esa noche. TVE no debía haber dejado que se colasen el pulpo y las tortugas.