No me resisto a hablar de las elecciones, aunque se haya dicho ya casi todo, ríos de tinta y los que correrán todavía. Así que me ceñiré a las municipales de Alicante, que es lo que me atañe más de cerca. Y empiezo por manifestar mi sorpresa por el resultado: una barrida apabullante del Partido Popular que, aunque esperada, no imaginé que llegara a los buenísimos resultados obtenidos por y para la Alcaldesa de las Flores. La entrada de Izquierda Unida, dada la situación del PSOE, también estaba cantada aunque dudaba que lograran dos concejales. Sorprendente entrada de UPyD, partido que se lo ha currado bien y que ha recogido votos de aquí y de allá. Y finalmente, el más que anunciado hundimiento del PSOE local, aunque también más de lo que esperaba. Pues empezando por el final: al Partido Socialista local se le podría aplicar aquello de "Quien siembra vientosÉ" ya que desde las famosas primarias se veía venir lo que finalmente ha venido; no pongo en duda las cualidades y/o los méritos de la candidata, pero el ser una perfecta desconocida para el votante no militante ha jugado claramente en su contra; el voto de castigo consecuencia del malestar existente con el gobierno central, que no deja de ser una correa de transmisión, auguraba lo peor, y la opción de los primeros nombres barajados, José María Perea y hasta el mismísimo Antonio Fernández Valenzuela, ambos con experiencia municipal y muy conocidos, es más que probable que con cualquiera de ellos habría obtenido más respaldo que la señora Elena Martín quien, además, ha hecho una campaña bastante desafortunada y basada sobre todo en la descalificación de su rival. Víctima de muchos factores en su contra se enfrenta a una legislatura con el menor número de ediles socialistas de toda la democracia. Izquierda Unida recobra protagonismo municipal tras una legislatura sin representación, y el tándem Miguel Ángel Pavón-Ángeles Cáceres es seguro que harán una oposición constructiva pero muy firme. La gran novedad ha sido la cantidad de votos nulos; tengo un amigo que ha actuado como vocal en una mesa electoral, y por él sé que esos votos venían adornados por frases del tipo "Estamos hasta las pelotas", entre otras lindezas. Es decir, los "indignados" han mostrado contundentemente su indignación. Así que la abstención, los indignados, los cabreados y los siempre fieles votantes del PP, trajeron como resultado el triunfo absoluto del partido en el poder. Sin olvidar al votante que suele fluctuar a un lado o al otro (centro y centro izquierda, por lo general) que ha premiado la indiscutible labor de lavado de cara de la ciudad por parte de la señora Castedo, que todo hay que decirlo. A la -esta vez, sí- legal y legítima alcaldesa yo le pediría una actitud más dialogante, menos despótica con la oposición, y un menor protagonismo público en los sectores festero-deportivos; por muchos votos que le hayan reportado, hay otras muchas cuestiones que sería deseable acapararan más su atención. El panorama para los próximos cuatro años puede gustar o no, pero al optimista siempre debe quedarle la esperanza de que las cosas vayan a mejor. La situación, guste o no guste, es la que es. Y esto es lo que hay.

La perla. "Los políticos y los pañales se han de cambiar frecuentementeÉy por idénticas razones" (George Bernard Shaw, Premio Nobel Literatura 1925)