El llamado Movimiento 15M bajo el lema "Democracia real ya" no es más que un síntoma de indignación social, a consecuencia de la crisis económica y política. Las medidas que el Gobierno de Zapatero tomó en mayo de 2010 supusieron una ruptura no justificada de los principios de la socialdemocracia, donde se percibió que no era el Gobierno sino los mercados los que imponían tales medidas. La crisis política se refleja en la incapacidad de los partidos políticos dominantes para afrontar la anterior crisis económica, y donde se les percibe como empresas no eficientes y en gran parte como generadoras de corrupción, por la falta de democracia interna y la indiferencia del electorado ante los casos de corrupción. Y esto ha supuesto una crisis moral de gran alcance, especialmente en los supuestos del entramado corrupto de Gürtel en Madrid, Castilla y Valencia, donde aparecen en la lista para la Generalitat Valenciana varios imputados e inculpados del delito de corrupción -entre ellos el propio presidente de la Generalitat-.

Algunas de las propuestas: eliminación de los privilegios de la clase política: inmunidad, fueros, imprescriptibilidad de los delitos de corrupción, publicación obligatoria del patrimonio de todos los cargos públicos, y la supresión de los cargos de libre designación. Contra el desempleo: bonificaciones para aquellas empresas con menos de un 10% de contratación temporal. Seguridad en el empleo. Derecho a la vivienda: expropiación de viviendas que no se han vendido para colocarlas en el mercado en régimen de alquiler protegido, y que se permita la dación en pago de las viviendas para cancelar las hipotecas. Servicios públicos de calidad. Control de las entidades bancarias: prohibición de inversión de bancos españoles en paraísos fiscales. Fiscalidad: aumento del tipo impositivo a las grandes fortunas y entidades bancarias, y eliminación de las Sicav. Democracia participativa: modificación de la ley electoral y listas abiertas, independencia del Poder Judicial del Ejecutivo y partidos políticos, y reducción del gasto militar. Todas estas propuestas serían perfectamente asumibles por los partidos de izquierda.

Este movimiento 15M recuerda al mayo francés de 1968, donde políticamente tuvo poca influencia pero socialmente hubo un antes y un después de aquella fecha. No se sabe qué influencia va a tener en las próximas elecciones aunque algunos analistas hablan de que va a fomentar la abstención y por lo tanto perjudican al PSOE. Otros grupos de derecha dicen abiertamente que está organizado por el ministro del interior o por el propio PSOE, como Álvarez Cascos, o con que "se vayan a protestar a los responsables de la crisis a la Moncloa y no delante de mi despacho" (Esperanza Aguirre). También se habla de movimiento ácrata, antisistema utilizable por uno u otro partido. El ex presidente González compara este movimiento con el espíritu de Tahrir (plaza de El Cairo) donde "los jóvenes arremolinados en las plazas de los países árabes consiguieron derrocar a sus mandatarios". ¡Desafortunada comparación!

No sabemos en qué terminarán estas manifestaciones de grupos de jóvenes indignados, desorientados y desorganizados, pero sí que deben los partidos políticos de izquierdas tener en cuenta este interesante fenómeno social y plantearse algunas de las propuestas de esta plataforma de "Democracia real ya" como sensatamente ha dicho la ministra Trinidad Jiménez.