"Tripolar". Teatre Arniches de Alicante. Reparto: Juan José Amador, Chloé Brûlé y Marco Vargas. Dirección: Antonio Campos.

El trastorno afectivo bipolar se refiere a las marcadas fluctuaciones psicológicas. Pero también la bipolaridad habla de dos polos opuestos en términos generales. Más lejos va esta obra al llevar el título de "Tripolar" con sus dos operarios imaginarios y el interior de un sujeto. La sociedad civil global, el gobierno y los negocios componen la dirección de nuestro mundo tripolar. Tres poderes institucionales contendientes que determinan el entendimiento y el destino de las cuestiones sociales. De ahí dependen la seguridad y el equilibrio que buscamos. Esta actitud es la de uno de los personajes. Dejar los miedos o algunos recuerdos para afrontar un futuro desconocido. El cantaor sevillano Juan José Amador interpreta y se encarga del toque y del cante. Suena la guitarra y nos emite su chorro de voz sin música aunque con el estímulo de la percusión de los bailaores Marco Vargas y Chloé Brûlé. De ambos es la compañía con la que llevan desde 2005. Él nació también en Sevilla y ella es de Montreal. La idea, la dramaturgia y la coreografía están realizadas por los dos. Antonio Campos ha dirigido los pasajes, con identidad flamenca y algo más, en un espacio, un almacén con cajas, que acoge otros elementos simbólicos. El lenguaje propio de "Tripolar" puede conducir hacia ciertas confusiones debido a la arriesgada fusión de ingredientes teatrales, flamencos y con trazos de contemporaneidad dancística. Si el público ahonda llegará al fondo del asunto. Hay un repaso de Juan José Amador por cantes como la rumba, la soleá, las bulerías, los fandangos o los tientos con el vigor sentimental de su garganta. Siempre muy cerca, los bailaores son parte de él, una proyección bipolar que constantemente se desarrolla. Los braceos, el zapateado, la compostura y las interpretaciones de Marco Vargas y Chloé Brûlé ofrecen el particular arte que administran con valentía, intención y creatividad. Incluso un baile por tangos de una forma más completa. Tres en uno. El combate contra uno mismo o a favor de sí mismo, para ser más exactos, en el sugerente universo visual que destapan.