EHe aquí una pregunta que puede tener gran trascendencia el día 22 de mayo en Elche. La orientación del voto de lo que tradicionalmente se conoce como la izquierda del PSOE.

Se trata de un ámbito político que siempre ha tenido representación en el gobierno de la ciudad. Desde 1.979. Tiempos de pasión política que arrebataron a toda la sociedad española. Hoy los tiempos son menos convulsos, pero no menos cruciales.

La izquierda del PSOE, primero el Partido Comunista, luego Esquerra Unida y, finalmente Compromís, tuvo siempre una participación comprometida y eficaz en el desarrollo de la ciudad. Elche les debe el reconocimiento de haberse conducido cuidando que sus posiciones ideologizadas sirvieran para orientar el progreso de la ciudad, pero nunca para evitarlo. El voto a estas formaciones me merece el respeto a que obliga la convicción democrática y la especial consideración hacia quienes se estima cercanos ideológicamente.

Hoy, sin embargo, este espacio político concurre dividido a las elecciones locales. En dos formaciones. Esquerra Unida y Compromís. Ninguno de los sondeos electorales conocidos les concede representación municipal alguna. El comportamiento electoral ilicitano ha consolidado en este ámbito político algo más de seis mil votos en los comicios locales. El 22 se necesitará cinco mil quinientos votos para obtener un concejal. Las dos coaliciones han movido ficha en el tablero electoral. Y lo hacen divididas. Obligan, por tanto, a mover ficha a los demás.

En estas condiciones es obligado un llamamiento a sus electores para concentrar el voto de la izquierda en una opción productiva. Algo hay claro en el resultado electoral del día 22. La izquierda obtendrá en Elche más votos que la derecha. Pero eso, por sí sólo, no asegura que la izquierda mantenga el gobierno local. La fórmula de escrutinio está cargada por el diablo.

Sólo el voto al PSOE puede, hoy, asegurar la permanencia de ese gobierno. Quienes se hagan estas reflexiones deberán pensar que no se trata de contraer un compromiso definitivo. El camino es muy largo. Pero el sentido común aconseja hacer este tramo juntos. En el vagón socialista. Es un ejercicio de realismo. Aunque a algunos les parezca que está falto de glamour.

Una cosa debe quedar clara. Yo no haría este llamamiento si Compromís y EU concurrieran juntos a las elecciones. En absoluto. Incluso, diré hoy que, desde el PSOE, se han hecho intentos de convencerlos de la necesidad de una candidatura unitaria que hubiese asegurado que los votos llegaban a algún puerto. Pero, no fue posible.

En estas elecciones la ciudad se juega mucho. Nada menos que no verse anegada en el charco de especulación y corrupción en que se ha convertido esta tierra. Y los votantes de la izquierda del PSOE se juegan, entre otras cosas, toda la labor en la cultura, el medio ambiente, la política asistencial. Toda la labor a que sus votos han contribuido y que hoy podrían peligrar si la lamentable desunión de la izquierda abriera el paso a las amenazantes intenciones de la candidata Alonso.