La evolución del sector bancario valenciano en la legislatura que ahora termina ha estado influenciada tanto por la crisis económica como por la reestructuración del sector bancario español. Los desequilibrios acumulados en la etapa del boom inmobiliario han pasado factura sobre los resultados de las entidades bancarias, lo que ha obligado a reestructurar el sector mediante procesos de integración.

En el caso de Bancaja, el SIP con Caja Madrid y otras cinco cajas de ahorros de menor tamaño ha dado lugar a la creación de Bankia, que tendrá que pasar en los próximos meses la prueba de fuego en los mercados a los que debe solicitar el capital adicional que le exige el Banco de España.

Ruptura de Banco Base

En el caso de la CAM, la fusión que no llegó a consumarse en el Banco Base le ha puesto a los pies del Banco de España, que tendrá que decidir la solución que adopta para inyectar los 2.800 millones de euros solicitados para recapitalizar la entidad. Y el Banco de Valencia, este mismo periódico anuncia que está en trámites de ser vendido para reforzar la solvencia de Bankia mediante la realización de plusvalías.

Nos queda como "reliquia" Caixa Ontinyent, que ha sido una de las dos únicas cajas en toda España que de momento ha permanecido al margen del proceso de bancarización de las cajas de ahorros.

Con todos estos cambios, en unos casos los centros de decisión se alejan de la Comunitat Valenciana y, en otros, se está a las puertas de la nacionalización, por lo que apenas queda nada del añorado sector bancario valenciano.