Toda exposición que nos permita ver obra de algunos de los artistas más reveladores de Alicante posee siempre gran interés, como es el caso de la última edición de la Convocatoria de Artes Plásticas de la Diputación. En próximos artículos nos acercaremos a un análisis de estos trabajos. Pero, ahora, lo que más interesa como punto de partida previo es analizar las condiciones de este concurso, que han determinado tanto la presentación de obra, por parte de los artistas, como su selección final, mostrada en las salas del Palacio Provincial. La Convocatoria en estas últimas ediciones, respondiendo a las voces críticas, ha incluido la fotografía, algo que entendemos vital en estos momentos. Ha renovado el jurado con la incorporación de críticos de prestigio. Sus responsables adelantan que en próximas ediciones van a dedicar una mayor atención a la escultura. Las cosas deben ir cambiando y adaptándose a los tiempos. Pero en estos pocos años vemos la repetición de un mismo modelo. Año tras año asiste el mismo jurado, por lo que no se facilita el incorporar, mediante nuevas contribuciones, otras formas de ver. El jurado no puede ser siempre el mismo. Esto es tan evidente que es difícil no mencionarlo. Los artistas, ante la repetición de unas mismas pautas y visiones del arte, ya saben lo que tienen que llevar para ser premiados, o en su defecto no participar. El certamen se cierra así a muy pocas posibilidades. Esta es una cuestión muy importante ya que se debe tener la seguridad de que las obras adquiridas, que van a formar parte de la colección provincial, tengan el mayor consenso, en cuanto que mejor representen la diversidad de la actualidad del arte. La selección de artistas no se puede ver interferida por los compromisos que la cercanía conlleva, como un jurado circunscrito a lo provincial no puede ser un reclamo para la participación internacional.

Pero hay otro tema importantísimo que todavía no se ha solucionado, y es que en el jurado no hay ningún artista. Si estamos hablando de pintura y de fotografía, de plástica, al menos, debería haber un artista plástico, un fotógrafo, como mínimo, un artista conceptual,É. Qué sentido tiene la participación del diputado de cultura y la directora del Instituto Gil-Albert, personas muy significadas, cuya posición puede ejercer una presión sobre los otros componentes del jurado.

Este certamen no pone a Alicante en un circuito con mayor repercusión más allá de lo provincial. Sería importante que, como en el caso de Castellón, se buscara la participación más activa de críticos y artistas internacionales. Ya que se hace una inversión importante, entre premios y catálogos, sería interesante pensar un poco más y optimizar los recursos, propiciar una regeneración constante, sin conservadurismos ni jerarquías que condicionen la selección.