Puede sorprender a no pocas personas: los inmigrantes dan mucho más de lo que reciben. Según un estudio de la Fundación La Caixa no es cierto que los inmigrantes perciban más que lo que dan, algo en lo que cree más o menos la mitad de la población. Se considera que tienen privilegios, que usan más los servicios sociales que los autóctonos, que reemplazan en los puestos de trabajo a españoles, relegándolos al paro, etcétera. Difícil explicar que todas estas creencias no tienen nada que ver con la realidad.

El estudio subraya que en España los inmigrantes suponen el 12% de la población (porcentaje que incluye a los extranjeros mayores que residen en el país y que se jubilaron en sus países de origen), pero son sólo un 5,6% son usuarios de la sanidad y la educación. Debido a que en determinados barrios la presencia de inmigrantes es significativa puede dar la impresión errónea de que son más de los que son realmente: esto sucede en barrios de "clase media-baja", y muchas veces la población autóctona, de escasos recursos, vive esta presencia como una amenaza a su bienestar. Aumenta la población pero los centros de salud a su vez reducen personal, la escuela pública es la que acoge a los niños/niñas extranjeros, porque los centros concertados, que reciben dinero público, se las ingenian para rechazarlos. No son los inmigrantes, son las administraciones públicas las responsables de esta situación.

No es fácil de explicar, y este estudio se documenta para hacerlo, que los inmigrantes, especialmente las inmigrantes, han posibilitado la incorporación de muchas mujeres al mercado laboral, ya que se hacen cargo de las tareas domésticas, de los menores, ancianos, enfermos y generalmente por un salario menor de lo que estipulan los sindicatos y sin contrato (economía sumergida). El informe dice también que el aporte de los inmigrantes permitió que durante cinco años no hubiera déficit en las pensiones. Además, se calcula que, aproximadamente, aportan hasta tres veces más de lo que reciben. Menos del uno por ciento de los que se benefician de las pensiones son extranjeros. En cuanto a las consultas de atención primaria acuden un 7% menos que los autóctonos, y un 16% menos al médico especialista, y ello se debe a que la mayoría de los inmigrantes son jóvenes y quizás con un buen estado de salud. Un enfermo lo tiene mucho más difícil a la hora de emigrar. Hay personas que vienen a España buscando atención médica pues en sus países de origen sólo es posible para los ricos, pero se trata de pocos casos. En cuanto a las urgencias recurren a ellas un 3,2% más y esto se debe al desconocimiento de cómo funcionan los servicios sanitarios y las listas de espera. Tanto autóctonos como inmigrantes suelen utilizar incorrectamente las urgencias: no se resignan a esperar meses para que los atienda el especialista.

El informe también destaca que, por ejemplo, los inmigrante irregulares (tienen papeles pero no los que establece la Ley de Extranjería), aportan a través de los impuestos indirectos, dinamizando por otra parte el consumo. No es cierto que mandan todo su dinero a sus países de origen (otra creencia) y en cuanto a este tema, sí, suelen enviar regularmente parte de sus salarios; ya que no cumplimos con el llamado 0,7, promesa incumplida una y otra vez...

Finalmente, el problema demográfico. España y toda la Europa Occidental envejecen, en unos pocos años la falta de un relevo generacional suficiente puede paralizar el sistema y más ahora cuando miles de jóvenes españoles se van a Francia, Venezuela, Alemania, Argentina y a otros países. 1.200 españoles, en general menores de 35 años, viajan a Argentina todos los meses en busca de trabajo: ¿cuantos volverán? En Argentina residen de manera indefinida más de 300.000 personas nacidas en España, tres veces más que la cantidad de argentinos que viven en la península. Incremento demográfico: los inmigrantes en este sentido juegan un papel muy positivo, pero hay que tener en cuenta que la segunda generación se suele mimetizar con las costumbres del país y las inmigrantes no tendrán más de dos hijos, particularmente las de origen europeo.

Hay más aspectos a tener en cuenta: el enriquecimiento cultural, deportivo, etcétera. Esta vez no son las rubias suecas exuberantes, que en su momento "despertaron" una sociedad que estaba dormida. Este "aluvión" humano le ha venido bien a este país. Si se van, lo vamos a lamentar.