Es verdad que en la política local no cuentan tanto las siglas como las personas, pero no lo es menos que éstas cada vez se amparan y se esconden más en aquéllas, de modo que es cosa de ver como en los plenos municipales de cualquier pequeña población se remedan los duelos del Congreso de los Diputados. Entre eso y que en los mítines no se habla de otra cosa que de Zapatero y de Rajoy, como si ellos se presentaran candidatos para resolver los problemas del alcantarillado o del botellón, estas elecciones municipales no parecen ni municipales ni elecciones, esto último porque, como se ve, sólo concurre la derecha. Con dos partidos, eso sí.