En Aspe ya no quedan personas de izquierdas que se vuelvan a alegrar del triunfo del PP. Lo que ocurrió hace cuatro años, cuando algunos confundidos descorcharon el cava y atronaron las calles con sus tracas para celebrar la victoria del PP, hoy no podría ocurrir. La derecha ha decepcionado a casi todos. Ha decepcionado a los propios votantes del PP; y ha decepcionado a aquellos de izquierdas que apostaron por el cambio a cualquier precio, incluso aupando al PP. Los únicos que no nos hemos decepcionados, porque conocíamos la incapacidad del PP de Nieves Martínez, somos los muchos socialistas, los hombres y mujeres de izquierdas, que siempre apostamos por la responsabilidad en el gobierno municipal, la misma que llevó a este pueblo a disponer de servicios públicos envidiados por municipios vecinos.

El PSOE de Aspe reivindica su izquierda sin complejos, sin pudor y con mucho orgullo. Una izquierda donde cabe todo el mundo, que piensa en los demás, que no cree en dogmas, porque sabe que no hay verdades absolutas, ni posturas irreconciliables.

La izquierda que representa el PSOE ha sufrido en estas dos legislaturas un acoso constante del PP, tanto cuando estaba en la oposición como cuando le ha tocado en gracia gobernar. A este ataque frontal, que hemos sufrido los socialistas en los últimos años, se sumaron por error, en alguna ocasión, la acción política de IU que creyó más en los cantos de sirena del PP que en los hechos socialistas que cimentaron un pueblo pensado para el pueblo, de servicio públicos, de atenciones, infraestructuras y dotaciones para el deporte, los jóvenes, los niños, los mayores. Pensado para el progreso colectivo, social y económico de un pueblo llamado a morir en la historia pero que siempre ha sabido sobreponerse a todo y a todos.

La coincidencia se manifiesta en las votaciones de los plenos, aunque no sólo en ellos, donde en más de 75 ocasiones el PP e IU han votado lo mismo, lo que representa más del doble de las coincidencias de voto del PSOE y del PP en estos ocho años. Ese caldo gordo que se cocinó entre PP e IU a costa de atacar constantemente a los alcaldes y concejales socialistas es el mismo donde hoy se cuece este pueblo, paralizado, inerte y sin dirección que ha fabricado el PP.

Afortunadamente, ya no son tiempos de pinzas, pero tampoco de imperdibles. Hay por delante un trabajo que Aspe tiene que hacer, liderado por una fuerza política responsable, como la que ha desarrollado desde el inicio de la democracia el PSOE en nuestro pueblo; un proyecto que se alimenta de proyectos reales, no de quimeras ni sueños irrealizables, de humo y de vacío propuestos por terceros. En el PSOE no hay demagogia, hay soluciones y propuestas emanadas de escuchar a los ciudadanos, a las asociaciones y a los distintos colectivos sociales. El PSOE tiene un programa de gobierno sólido, realizable y que dará frutos. Desde el PSOE hemos hecho un patrón muy concreto y de resultados probados para Aspe. Hay que seguir mejorando, rectificando errores cometidos, pero para nuestro patrón, no necesitamos ni pinzas ni imperdibles. Sólo la suma de quienes quieran construir desde la lealtad un Aspe mejor, para su gente y su futuro.