A que te confisco tol cogollo, grita el policía Antonio Molero a su cuñado, el porretas Raúl Fernández. Las farmacéuticas, la tía buenaÉ y la otra, el del bar, el cuñado que le da a la maría, el adolescente que dice ser politoxicómano para que sus padres le hagan caso, el sicólogo, el policía al que su mujer le pone los cuernos con el sicólogo, el mejor amigo de su ex, la vecina farmacéutica que también se ha quedado sola porque su amiguita se estaba tirando al tío bueno que ella creía tener en el bote, el cuñado porretas del agente que le deja unos kilitos de droga al sobrino adolescente en la mochila sin querer, la madre de la hija adolescente que dice no hacer caso de sus padres porque al estar separados es una hija de familia desestructurada, la madre católica y conservadora de la ex pareja del policía que le pone los cuernos con el sicólogo, el mejor amigoÉ

Vaya culebrón, dice la adolescente, ahora mismo lo cuelgo en el Tuenti. Más o menos, todo eso, y mucho, mucho más, es BuenAgente, que La Sexta estrenó el jueves por la noche. Me lo pasé en grande, me reí. Tiene el ritmo adecuado, un guión chispeante, inteligente, salpicado de maldades, ni son zafios ni se la cogen con papel de fumar, está escrita para esos actores, o esos actores se lo han currado tanto que no hay ninguno, y digo ninguno, que chirríe.

Desde los mentados, a Carmen Ruiz, Patricia Montero, Arturo Valls, Malena Alterio, María Isasi, todos, todos están en su salsa. Es una serie coral, y en ese coro nadie desentona. Y como las cosas están muy claritas, y la acción fluye con una naturalidad llamativa, ni risas enlatadas ni puñetas. Menos mal. El guión es tan bueno que no hace falta. De los últimos estrenos, lo mejor. Véanla.