El periodismo ha cambiado notablemente desde que dejé de practicarlo. En el siglo pasado consistía en preguntar, de preferencia con cierta furia y desde la desconfianza absoluta en el interlocutor. Hoy los periodistas interpretamos en la vida el mismo papel de comparsas que en las películas, donde la importancia del protagonista se resalta rodeándolo de un enjambre de personas con cámaras y micrófonos. En algún momento de esta evolución hacia una profesión de personas anodinas, debían llegar las ruedas de prensa mudas. En ellas, un político maniquí lee un papel -la única forma de que articule un discurso coherente- y a continuación se niega a responder preguntas al respecto.

Sin embargo, lamento comunicarles que el periodismo no es el bueno de esta historia. Soy un lector compulsivo de entrevistas, y la mayoría no deberían publicarse ni emitirse, por su oquedad indescriptible. Entre ellas, toda la cháchara insustancial que regurgita Mariano Rajoy o las conversaciones con ministros que decretan "ahora no toca hablar de esto". Los periodistas deberíamos dejar al entrevistado con la palabra en la boca en ese preciso instante, pero queremos ser amigos de los políticos, acceder a ellos. Suspiramos por cultivar su aprecio, a cambio de sustraer información a los ciudadanos. ¿Una excepción? Las entrevistas de Der Spiegel. No es superfluo recordar que un periodista celebrado por los poderosos es un pésimo profesional.

La migración del estiércol que abona la información a los canapés ha sido catastrófica. Los manuales ingleses de periodismo recomendaban que, durante la entrevista, su autor se preguntara continuamente "¿por qué me está mintiendo este hijo de perra?". Ya sé que es una frase periodísticamente incorrecta, y apuesto a que esa reflexión no figura en los programas de las universidades españolas ni en los pulcros libros de estilo de las redacciones. Los periodistas deploraremos el día en que decidimos que seríamos respetables si éramos respetuosos. De la familiaridad a las ruedas de prensa mudas sólo hay un par de pasos.