Es un tema que está en todas las bocas, en todos los corrillos, en todas las conversaciones e, incluso, en muchos de los encuentros más o menos considerados como decisorios y a los que concurren personas con mayor o menos cualificación. Un tema inagotable que fluye, desde hace muchos años, en cualquier conversación que se entable sobre el tema del turismo ya sea para criticar y lamentar la marcha de la temporada, para discutir de temas variados o para intentar buscar soluciones a los problemas del sector.

Pero lo peor del caso es que, aun siendo un elemento de conversación o diatriba tan extendido, no parece existir ni acuerdo ni mucho menos consenso para encontrar la respuesta al interrogante del titular.

Se pelean continuamente empresas, entidades y organizaciones sobre quién debe tener el protagonismo en las acciones propagandísticas y publicitarias en materia de turismo. Es un primer punto de desacuerdo porque todos, sin excepción, creen que deben ser ellos los que dirijan el cotarro porque los demás lo hacen endemoniadamente mal y se establece la pugna entre si los que deben definir la línea promocional son los entes oficiales o las entidades y empresas privadas. Y lo peor de todo es que nadie tiene toda la razón porque, se ha demostrado que cuando se crea un ente mixto sin afanes de protagonismo de unos u otros, es cuando mejor funcionan las cosas.

Los entes oficiales fallan muchas veces por el afán de apuntarse al carro de los triunfos fáciles y puede ocurrir como, desgraciadamente, ha ocurrido durante muchos años en la Comunidad Valenciana que los sucesivos consellers/conselleres hayan dado palos de ciego y hayan inventado la pólvora con el montaje de una feria absurda en Valencia, que sólo sirve para sacar a pasear a pueblos que no tienen ni una sola cama turística que ofrecer, para organizar el stand de Fitur, a mayor gloria de los políticos que visitan la feria y asisten a comilonas o a ofrecer alguna que otra subvención, otorgada al buen tuntún y que, encima, casi nunca se paga en el plazo previsto para que sea útil.

Los particulares, que lo que mejor hacen es reclamar una y otra vez a las entidades oficiales que les den dinero para luego usarlo como quieran y sin apenas dar explicaciones, pocas veces tienen programas realmente bien elaborados y en los que hayan intervenido, de una u otra forma, todo el abanico de fuerzas comerciales y económicas de la localidad o zona, más o menos grande que se trate de promocionar.

Se vienen realizando tímidos intentos de constituir esa amalgama de intereses que pueda dar como resultado un ente final en el que descansar un asunto tan delicado como la promoción pero todavía no he percibido una real integración del "todo Benidorm" o del "todo lo-que-sea" en su gestación inicial, en su arranque y, sobre todo, en su aportación de iniciativas para que los esfuerzos promocionales se dirijan a los objetivos más necesarios, a la posible clientela más fácil de atraer o a los segmentos de población más rentables y convenientes.

Continúa el vital tema de la promoción sin encontrar la definición necesaria para lograr la efectividad que sería conveniente en momentos en los que, no sólo la economía sino también la geopolítica, tienen un valor determinante a la hora de establecer los itinerarios del ocio a través de un mundo al que la globalización ha restado dimensiones haciéndolo más familiar y manejable.

Sin afán de sentar una cátedra que no me corresponde, creo que sería conveniente que se definiera, de una vez por todas, a quien corresponde el protagonismo y la responsabilidad de realizar una promoción realmente eficaz en la que dejen de primar intereses de uno solo de los segmentos de la industria y el comercio turísticos y que se centre en la expansión del conocimiento de todas las ventajas de una oferta completa y lo suficientemente diversificado. Un núcleo eminentemente técnico y dotado de conocimientos de marketing y el apoyo de todos y cada uno de los elementos sociales y económicos de la zona a promocionar podría ser la solución definitiva y necesaria para configurar un futuro cada vez más prometedor.