Muchos son los autores que han cantado las bondades y excelencias de la primavera. Muchos son los que se aventuran a ensalzar esta estación del año, que se identifica con el color o con que los pajarillos vuelven a cantar, aunque creo que nunca dejan de hacerlo, ¡pero en fin!, no seré yo quien cuestione lo que cada uno piense sobre la primavera.

Es más, unos afamados grandes almacenes se apresuraron en acuñar una campaña publicitaria con el título de: "Ya es primavera É", que tanta repercusión tuvo, aunque, con el paso del tiempo, la campaña quedó en un solo: "Ya es É", para así poder utilizarla con la época del año a la que hiciera referencia. Tal vez la primavera más famosa, o una de las más famosas, sea la del músico Antonio Vivaldi, aunque algunos se empeñan en adelantar las estaciones del año rizando el rizo, como Laura Pausini y su "Primavera anticipada".

En nuestro país, y antes de que el afamado gran almacén acuñara aquello de que "ya es primavera", hubo un grupo musical, Los Pasos, que cantaron a la "Primavera en la ciudad". Decían algo así como "Llegó la primavera a la ciudad; todo ha cambiado de color. Como hace más calor, las chicas ya se quitan ropa yÉ". ¡Y qué quieren ustedes que les diga de aquella peliculita de los años 60, la que interpretaba Sara Montiel -oriolana de adopción que vivió muchos años en la calle del Bado, en pleno centro de la ciudad- "La Violetera"!. ¿Recuerdan?; decía algo así como: "Como aves precursoras de primavera, en Madrid aparecen las violeterasÉ". Antes, en 1958, un "flim" interpretado por, entre otros, Toni Leblanc, Antonio Casal, Concha Velasco y Mabel Kar, "Las Chicas de la Cruz Roja", hablaba de que las representantes de -como diría mi amigo Tito San Emeterio- la benéfica institución (ahora sería ONG), eran "novias de la primavera", porque en esta estación del año ponían "primavera en las solapas" de los hombres, a los que, para recaudar fondos, les colocaban en el ojal de la solapa una flor (ahora sería la conocida como Fiesta de la Banderita, más o menos). Pero ésto, con ser cuando menos anécdotas a tener en cuenta e ilustrativas -nada más-, no se puede aplicar a Orihuela. La primavera es una estación que, según los meteorólogos, arranca el 21 de marzo y en la capital de la Vega Baja se sabía que había comenzado porque las calles empezaban a oler a azahar (ahora huelen a otra cosa).

Se sabía que era primavera porque en el Casino Orcelitano se organizaba, todos los años, unos juegos florales, que arrancan en el Teatro Circo, y una gran fiesta, la del Azahar -con su reina y sus damas de honor- para dar la bienvenida a la estación -permítaseme la licencia- más picante del año. Como decían Los Pasos, la primavera es "picante" porque las chicas empiezan a quitarse ropa y a dejar ver -más bien insinuar, que a veces es peor- lo que ha estado "tapaico" todo el invierno, con lo que eso conlleva para el más insignificante de los mortales del sexo opuesto, ¡o ya no!.

Ahora se sabe que es primavera en Orihuela porque, aunque se sigue oliendo a azahar en la huerta -doy fe de ello, porque lo huelo cuando, por las tardes enfilo la carretera de Beniel para hacer un poco de ejercicio para quemar azúcar, por la dichosa diabetes- se escucha en los diferentes barrios y pedanías de la ciudad sonidos de cornetas y tambores.

Esos tambores y cornetas anuncian la Semana Santa, pero, aún así, en Orihuela sigue sin ser primavera, ni tan siquiera se puede hablar de ella -aunque las cofradías hayan estado preparando sus abalorios y pertrechándose de cera- hasta que no se lee el Pregón de la Semana de Pasión, la semana más grande de todo el año para los oriolanos.

Y este año esa semana grande de los oriolanos parece que lo va a ser más, por aquello de su carácter internacional conseguido recientemente -¡lo que ha costado!- y porque algunas cofradías "estrenan" tronos remozados.

El pregón se leyó la semana pasada, el viernes, y en él se hizo pública la elección del Caballero Cubierto, Miguel Fonseca, nombrado esa misma mañana por el Ayuntamiento de la ciudad. Es en ese momento cuando se puede decir que: ¡Ya es primavera en Orihuela!.

Postdata: Me cuentan que la nueva junta directiva del Casino Orcelitano, la que preside el joven abogado oriolano (como dirían las crónicas de antaño) José Vicente Escudero, está valorando -no sé si seriamente- la posibilidad de recuperar la anteriormente mencionada Fiesta del Azahar. ¡Al tiempo!