Alfredo Mira Gran nació en La Romana el 25 de diciembre de 1919. Su padre trabajó en las canteras de mármol a golpe de mazo. Su madre fue ama de casa y el matrimonio tuvo seis hijos. Alfredo fue muy poco tiempo a la escuela y a los nueve años comenzó a trabajar llenando cántaros de agua: "Utilizábamos aquella agua porque hacía falta subirla a la montaña. En verano, como estaban 12 ó 14 personas en la montaña, llegaba a hacer hasta tres viajes. La distancia sería de unos nueve kilómetros y dos eran de montaña. Era terrible". A los doce años se trasladó a Elche porque aquí tenía una tía -eran dos hermanas casadas con dos hermanos-. Su padre fue socialista y el retrato de Pablo Iglesias presidió siempre la casa familiar, pese al disgusto del hermano de la madre -jefe de Falange en La Romana en la posguerra- que decía: "¡Tú te crees, llamarle a éste el abuelo!". Alfredo aprendió a leer y su padre le hacía leer "El Socialista" ante gente que no sabía leer. En Elche comenzó a trabajar como peón en Ripoll hasta que sus padres se vinieron en 1934 y encontraron trabajo en la finca El Vincle de Valverde, propiedad de un santapolero muy rico conocido como "El Tío Pepino" y toda la familia se puso a trabajar en un terreno de 50 tahúllas. En Valverde comenzó a militar junto a Bartolomé Amorós, Antonio Cartagena o Faustino Lorenzo.

Cuando llegó la guerra, se alistó voluntario y estuvo haciendo en Los Jerónimos de Murcia cursillos en aviación hasta cumplir los 18 años. Se incorporó al frente a mediados de 1938 en la 47 Brigada Mixta. El final de la guerra le cogió en Ciudad Real y le llegaron a ofrecer marchar al exilio en un vuelo. "Pensé en mis padres y en que no había hecho nada. Y no me arrepentí porque si mis padres no me hubieran encontrado hubiera sido terrible para ellos. Así que lo pasado, pasado y no me duele". Después de varias peripecias, de Talavera de la Reina llegó a Madrid y en un transporte de ganado acabó en Novelda. Desde allí andando hasta Valverde. "Cuando llegué a mi casa, la Guardia Civil me estaba esperando, seguramente porque mi evasión la notificarían".

Fue detenido el 1 de junio de 1939. En Falange probó el aceite de ricino y pasó por el Palacio de Altamira, Altabix y la cárcel Fábrica número 2 de Candalix. En Altamira estuvo medio año, alimentado por la familia "porque el rancho que daban allí era un caldo de habas". Estuvo castigado más de un mes porque se fabricó un avión con una madera y conoció también la torre donde estaban los condenados a muerte. Pasó unos meses más en la cárcel de Candalix hasta ser juzgado en la Diputación de Alicante, junto a unos 20 ilicitanos más, el 4 de abril de 1941. Le acusaron de haber requisado la cañada del conde de Torrellano. El fiscal pidió para él 30 años y la condena se quedó en 12 años y un día por auxilio a la rebelión o, en sentido estricto, por no auxiliar a los rebeldes. Pasó entonces al Reformatorio de Adultos de Alicante, donde estuvo hasta mayo de 1942. En el Reformatorio se reorganizó la Agrupación Socialista con Manuel Arabid, Miguel Signes, Bienvenido Zaplana, Francisco Pérez Campillo y otros. De Alicante lo trasladaron a Sevilla, donde conoció a un hijo de Francisco Largo Caballero y de allí, a Colmenar Viejo. En esta última prisión pasó dos meses en una celda de castigo, hasta llegar a la cárcel de Porlier en el madrileño barrio de Salamanca, junto a otros 6.000 ó 7.000 presos políticos. Allí hizo amistad con el médico ilicitano Julio María López Orozco.

El 8 de mayo de 1943 fue puesto en libertad con la obligación de vivir a 200 kilómetros de Elche. Se las arregló para establecerse en Alicante. Volvió a trabajar clandestinamente en el PSOE y en 1947 fue detenido junto a compañeros como Francisco Pérez Campillo o Francisco Soler: "Incluso nos obligaron a pegarnos entre nosotros. Esto fue cosa de un capitán de la Guardia Civil que no quiero ni acordarme del nombre. (É) Por lo de 1947 no me llegaron a juzgar de nuevo. Resulta que yo estudié inglés en Madrid con un militar americano y cuando me detuvieron me encontraron un papel en inglés y creían que era ruso. ¡Lo burros que eran!".

En 1947 se casó, puso una tienda de comestibles y vinos, pero tuvo que dejarlo porque "tenía un barecico y por la noche iba gente de izquierdas, pero al cabo de un tiempo estaba desesperado porque a la gente se le acumulaban las deudas", así que acabó trabajando en la fábrica de Samper. "Quería montar una bodega y me lo denegaron siempre hasta 1975. Una vez llegué a ir al Gobierno Civil para que me informaran de por qué me lo denegaban. La secretaria me preguntó si había estado detenido y, al contestarle que sí, me dijo que no preguntara más". En 1947 fue nombrado presidente de la Agrupación Socialista Ilicitana y siguió trabajando políticamente en la clandestinidad hasta 1975. En 1979 fue concejal socialista en la primera Corporación democrática. Hasta su muerte, fue presidente de honor del PSOE de Elche.

En su archivo personal guardaba celosamente una carta que recibió de J. F. Kennedy con la que le agradeció su felicitación al ser nombrado presidente. Fue un excelente ajedrecista y siempre se le recordará por su trato exquisito y su afabilidad. Descanse en paz.